Se ha dejado llevar por los besos y caricias de la oji miel, ni siquiera sabe como es que ambos han llegado hasta la entrada de la habitación para abrirla y por primera vez cortar los besos voraces. Se detienen a mirarse el uno al otro para sonreír cómplices. Han aceptado.
Y bajo el consentimiento de lo que representa entregarse en cuerpo y alma, el amor siendo de los motores más importantes para comenzar su intimidad. Lalisa sabe que Jeon no solo ha logrado obtener su corazón, sino también tendrá su cuerpo y esa mágica primera vez.
No tiene miedo, ha escogido al hombre correcto.
– ¿Estas segura de esto?. – Lisa asiente animada mientras es ella quien abre la puerta y se lleva una gran sorpresa al entrar a la habitación principal.
Toda la alcoba está adornada de velas, por el aroma intuye que son por el incienso y el toque perfecto son los corazones formados en la cama con pétalos de rosa. Demasiado cliché pero eso solo aumenta el libido entre sus piernas y la sensación cosquilluda en su vientre.
– Yo no hice esto. – fue lo único que formuló el pelinegro.
Pues eso le contraería al decir que "no pensó en llegar a tercera base con la rubia" con una atmosfera de cama como esa. Así que la respuesta llegó tan rápido, "Jimin". Hasta ese momento él no se había movido de la cocina por lo que la decoración era parte de su plan. Quizás ahora entendía porque le dio una catedra moral como si fuese el padre de Lalisa. El desgraciado tal vez lo intuía y la cama era una invitación.
Su rostro está tan rígido que no evita reírse ligeramente del hombre. "Tan tierno y encantador" pensó pues su rostro era tan expresivo que no solo ella se llevó una grata sorpresa. Sino también él.
– No importa, de todos modos, sería un desperdicio no poner un poco de desastre en este orden. – se volteó para ambos entrar.
Jeon no lo permitió así que levantó a Lisa con ambas manos mientras esta enrolla las piernas en su cadera, el deseo está nublando el juicio y conciencia de Jungkook que de nuevo el calor le animó a actuar con descaro y control.
Los muslos de la mujer fueron amasado, apretados y hasta golpeados por las suaves manos del pelinegro. Lalisa soltaba suspiros encantados mientras sus caderas se movían contra el miembro erecto del medico quien a pesar de la candente situación comenzaba a preparar el cuerpo femenino para el mayor disfrute de su pareja. Las bondades de conocer la anatomía humana y el funcionamiento del cuerpo.
La mujer se sonrojó tanto cuando las manos cambiaron de rumbo para meterse bajo la falta corta que vestía esa noche, sintiendo sus glúteos estrechados por las gentiles y curiosas manos. Gimiendo gustosa cuando un dedo del alto hombre tanteó su entrada por sobre la ropa interior, su mirada chocó con la de él y se acercó a su rostro dando un beso a Jungkook en la barbilla, para después devorar los labios del pelinegro sintiendo como la lengua del medico se introducía en su cavidad bucal.
Su estomago cosquilleo cuando fue tirada sobre el colchón, rebotando ligeramente en él.
Su Jungkook lucía tan salvaje, tan fuera de sí que le daba la impresión de ser totalmente otra persona, no su gentil hombre que siempre le procuraba. Jeon era otro en esa situación. Lo comprende ahora y no podría estar más que maravilla de descubrir otra faceta de él.
Jungkook se quitó la camisa, adentrándose entra las piernas de la mujer quienes se abrieron solamente para él, Lisa no pudo evitar excitarse aún mas cuando contempló el torso desnudo y la musculatura digna de un hombre amante al ejercicio. Su pareja se veía tan sexi desde ese ángulo que todo su cuerpo volvió a calentarse.
Jadeó bajito, sintiendo como su falda es retirada con suavidad, dejándola en ropa interior. Un perfecto conjunto de encaje negro adorna su cuerpo. Si bien nunca hubo nadie con quien mostrarlas, agradece vestirlas ahora por el hombre sobre de ella. Jungkook relamió los labios ante la vista de su bonita pareja semidesnuda y totalmente a su merced, tan apetitosa y caliente, jamás borraría la imagen mental del fino cuerpo bajo de él cuando retiró la parte superior y así ver los pechos.
