Capítulo 19.

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Lisa se mantenía ausente se sí misma desde aquella madrugada que compartió con el doctor Jeon. Es verdad que ninguno de los dos incomodó al contrario al día siguiente y se limitaron a despedirse cual amigos pero la rubia tenía una sensación extraña desde su partida.

La rubia solo tenía pequeños fragmentos de lo ocurrido.

Parece que aquella noche compartida se ha llevado algo más que su sentido común pues la magnate no ha dejado de pensar en las caricias del médico, y su devoción al cuidarla y ofrecerse pasar todo el fin de semana bajo sus consideraciones.

Lisa quería decir que "sí", con el pelinegro parecía ser su palabra favorita pues descubrió que detrás de esos intensos ojos grises su voluntad siempre se doblega hacia el amable hombre. Y eso le asustó, tuvo miedo de lo que ella misma estaba experimentando pues si bien estaban cerca de ser amigos e incluso cómplices Jeon tenía un encantó avasallador que le encapricha no solo dejarlo con ese honorifico.

¿Qué es lo que esta sintiendo? porque de pronto ella no podía arrancarlo de su cabeza. La nueva necesidad era intensa y cada día se hacía imposible negarse a sí misma lo que pasa.

Pues mientras su rostro se muestra sereno e indiscutible Lalisa era toda una revolución de emociones de forma interna.

Un toquido en la puerta se escuchó, y cual documentos en manos que no está prestando la mínima de atención miró a su secretaría asomarse frente a la puerta.

– Disculpe la interrupción, jefa. – habló la mujer.

– Su esposo solicita que le reciba, parece ser urgente – Lalisa frunció el ceño al escuchar el nombre de Jimin.

El no era la clase de hombre que le gustase interrumpir en horarios laborales y mucho menos justificar su presencia con un asunto alarmante. – Está bien, violeta. Has que pase. – le dio el instintivo de aceptación.

Acomodándose mejor sobre el asiento Lisa suspiró preparándose mentalmente. Ciertamente Jimin siempre resulta ser una sorpresa, jamás podía anticipar sus impulsos pues el hombre era más bien controlado por el momento que por el razonamiento y muchas veces ella tuvo que arreglar su caos. – Princesa. – sonrió cual príncipe.

Lisa pudo notar como su secretaria suspiró. Ese era Jimin, un hombre sin duda atractivo pero que no estaba interesado de esa forma hacia su género. Un sueño para cualquiera, pero una realidad para su actual pareja y ese es un tierno hombre de piel pálida, ojos gatunos y sonrisa angular.

– ¿Qué sucede? – rápidamente interrogó una vez la puerta fue cerrada. – ¿No puedo venir de visita y ver a mi linda esposa?. – preguntó con descaro.

Cualquier mujer quien no le conociera se dejaría engañar y caer ante su encanto, pero Lisa no.

– No eres ese tipo de hombre Jimin. – aclaró sin ningún tipo de emoción. – Así que te sugiero empieces a confesar porque. – miró su reloj, la hora del almuerzo estaba cerca.

Lisa había esperado un sinfín de horas, como en los últimos meses. Jeon le llamaría. – Tengo un asunto muy importante, el cual requiere mi atención. – Jimin levantó la ceja un tanto extrañado.

Lisa siempre solía escucharlo, sin presura. Pero ahora se veía ansiosa y hasta podía ver que no estaba tan contenta de recibirlo como antes. Algo muy sospechoso. – Tengo la impresión de que me estás corriendo, esposa. – recalcó esa ultima palabras mientras achica los ojos y le mira con critica.

Algo le oculta.

Si la rubia fuese un poco más expresiva quizás lo adivinaría, pero en su rostro serio no había nada. Ni siquiera una pista. – Ahora tengo curiosidad de saberlo. – confesó.

SECRET | LIZKOOKMINSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora