Dos personas se veían entre sí sin comprender exactamente lo que estaba pasando, la única que mantenía un rostro sereno y hasta cierto punto cauteloso era Lalisa quien a pesar de su expresión esta preocupada por lo que aquella escena podría representar. Tantos años siendo cautelosos para que un solo segundo bastara y comprometiera lo es realmente el secreto de sus vidas.
Sin embargo, aunque todos tenían dudas ninguno se atrevía a compartirlas y esperaban que al final, la extraña escena se pudiese aclarar.
Lisa fue la que propuso que ellos dos hablaran en privado, como un acto de reflejo, temió que el chico de piel canela pudiese hablar sobre algo que expondría a Jimin no de la mejor manera, ella lo supo, conocía tan bien a su esposo que su rostro claramente había cambiado a preocupación y eso no era una buena señal.
Para nadie lo era
– ¿Cómo es que estás aquí? –
Una vez se apartaron lo suficiente de sus acompañantes Taehyung no evitó preguntar.
– Lo mismo debería cuestionar. – el pelirosado levantó una ceja al escuchar la contestación del chico de ojos azules.
Ese Jimin frente a él era tan distinto al chico que ha conocido días atrás en una fiesta con sus amigos que verlo enfundado en un traje caro y con una postura más rígida y retadora le hacían parecer extraño. El Jimin que fue presentado era mucho más relajado y para nada tenía esa aura intensa y de poder en su mirada.
No tuvo que preguntar porque era obvio que el hombre pertenecía a una clase alta, ahora entendía quizás porque siempre le pareció alguien refinado cuando Yoongi, su común, los presentó.
– ¿Qué se supone que es todo esto? No estoy entendiendo nada – sus dudas nuevamente reposaron.
– ¿Por qué estás aquí? – le cuestionó.
– Este es un evento que la familia Park y Manoban celebran, estoy aquí porque soy un Park. – los ojos del peli rosado se abren
– Y este es el evento que mi esposa a organizado. – Taehyung dio un paso atrás un tanto confuso por la declaración.
Park no tenía otra opción que decir la verdad.
– ¿Que? ¿Es una maldita broma no es así?. – de pronto todo ese escepticismo cambió a coraje.
El moreno tomó del cuello al de ojos azules, arrugando su chaqueta
– ¿Entonces que carajos se supone ha sido todo este tiempo que has pasado con nosotros? ¿Fue un juego? ¿un experimento? ¿Quién eres exactamente?. – Jimin no respondió y dejo que Taehyung se tranquilizara. Le entendía porque incluso para él es difícil.
Había muchas pruebas en su contra, y ninguna de ellas le aseguraba una mejor posición que resumirse a ser un mentiroso.
No estaba preparado para este día, porque siempre creyó que nunca pasaría.
– Relájate Taehyung. – tomó sus manos para alejarlo de él.
No quería comenzar un drama que terminaría por un escandaló social muy grande, al final de cuenta, sería su culpa. Como todos esos años lo ha sido.
– Siempre creí que debíamos tener cuidado contigo – le hizo saber su inconformidad al unirse a su grupo cercano.
No es que Taehyung fuese una persona desconfiada, pero había algo en el comportamiento cohibido del peligris que siempre le hizo sobre pensar, aunque claro, como un buen amigo decidió confiar en los más cercanos a él. Porque realmente creyó en la sinceridad de las sonrisas y acciones que el de ojos azules hacía a su amigo, eran reales.
– Entonces Yoongi... - negó.
Y de nuevo el descontrol de emociones afloró. Pero antes de otro enfrentamiento Jimin le detuvo.
– El lo sabe. – dijo con seguridad. – Lo ha sabido desde siempre. –
¿Entonces por qué Taehyung no lo sabía? como mejor amigo de Yoongi esperó que la misma confidencialidad que él le tenía fuese respondida de la misma manera, ahora quizás ese sentimiento de traición se transformó a un eco de desilusión.
– ¿Cómo?. – pensarlo si quiera era ridículo.
El pálido, nombrado como Yoongi. No era esa clase de persona.
– Lo has escuchado Taehyung, el sabe que estoy casado. Hace poco se enteró de mi estatus social y está al tanto de esta doble vida que trato de sobrellevar. – enumeró
No se sentía orgulloso de decirlo en voz alta, pero ya no había otra opción.
– ¿Quiere decir que entonces él accedió a ser tu amante?. –
La situación era complicada, y con una necesidad enorme de paciencia porque al parecer ninguno de los dos estaba llevando el ritmo correcto de la conversación.
– Escucha. – suspiró acercándose a él. – No es lugar para contártelo, pero sé que sino lo hago terminarás por hacer esto más complicado de lo que ya es. – le miró. – De cualquier forma, solo te pido que sino me crees lo guardes para ti y lo confirmes únicamente con Yoongi. – espera al menos que el hombre frente a él tuviese esa clase de palabra formal.
– Mi matrimonio no es real. – confesó directamente.
– Y no espero que lo entiendas porque no eres tú quien ha tenido que sacrificar muchas cosas para mantenerse a flote. – todos podrían jurar que llevaba una vida en sueño. Tiene un estatus social reconocido, un apellido sobresaliente, éxito y mucho dinero. Pero sobre todo una hermosa esposa que resultaba ser enigmática y misteriosa y aun con todo ello Park Jimin no era feliz, no del todo, no plenamente porque si bien quería mucho a Lalisa, su amor no era más que de amistad y él sabía que para la rubia es igual.
Al menos no lo fue hasta que conoció a cierto chico de cabellera pelinegra, piel tan blanca como la nieve y con una sonrisa en especial encantadora. Por primera vez en muchos años se sintió libre. Lejos de la presión social que su imagen representaba y recordó quien realmente era, un hombre que gustaba de otros masculinos.
Pero ese monstruo, como la mayoría de su elite solía ver las relaciones entre parejas del mismo sexo era un monstruo encerrado. Un monstruo que llevaba consigo un secreto que arrastró, sin querer a una persona junto a él, una persona de noble corazón que jamás le dejaría caer, una persona que sabía la verdad y aun así siempre se mantuvo a su lado sin juzgarlo, su mejor amiga.
– Puedes juzgarme con tu alto juicio moral. – Jimin le miró a los ojos. – Pero recuerda que de nosotros dos tu eres el único que a podido sentir la libertad sin restricciones, sin temores. Tú puedes amar en libertad –
Quizás esas fueron las palabras que cayeron como un balde frio sobre el de piel canela.
Hoseok siempre le dijo lo difícil que fue para él lograr que los comentarios de sus iguales no le hirieran, cada quien lideraba sus batallas. Así que quizás debía de tranquilizarse y confiar una vez más
– No diré nada. – se apresuró a decirle.
Y quizás un poco se sintió relajar para Jimin.
– Pero eso no quiere decir que no nos debes a toda una más clara explicación. – se refería a su grupo de amigos. – Las mentiras siempre terminan por ahogarte. – se atrevió a confesar.
– ¿Qué pasará cuando sea imposible seguir ocultando lo que eres? ¿Qué pasará con Yoongi? El no merece esta mierda, no merece conformarse con una mentira. –
Sin más Taehyung se dio la vuelta y regreso a la sala donde el resto del grupo aguardaba.
Ese era el gran secreto de Park Jimin, el resguardo de Lalisa Manoban y la sentencia para el clan Park Manoban.