Es increíble creer lo que escuchan, como si un cuento de hadas fuese derrumbado frente a sus ojos con cada palabra que ambos hombres pronuncian. El silencio era abismal, pero lo que más atraía curiosidad era la indiferencia y paciencia de la mujer rubia quien permanecía sentada en uno de los sillones del hospital, como si no fuese la protagonista de toda esa farsa. Ella debía sentirse dolida o incluso enojada por el descaro de su marido, pero conforme pasaban las horas todo cobraba sentido y esas penas se volvieron algo más.
Se trataba de una confidencia entre Park Jimin y Lalisa Manoban
– Ahora que son parte de esta situación solo queremos saber cual es el precio de su silencio. – por primera vez habló y sus duras palabras fueron tan directas que apenas pudieron entender a lo que se refería.
– No importa el número, solo díganlo y haremos que esta situación sea como si nunca hubiese pasado. –
HoseOk había escuchado hablar sobre la daga habilidad de Lalisa Manoban al momento de hacer tratos, la perspicacia de la mujer siempre fue alagada por personas que hablaban de buena fé sobre ella. Ahora lo comprueba pues no tuvo el decoro y tampoco la vergüenza para hacer saber su posición.
El silencio que se formo en la sala de hospital es asfixiante e incómoda; Jungkook parecía estar en shock y se mantenía ausente de la conversación. Hoseok y su pareja solo podían mirarse y no saber que decir.
– Yo no aceptaré nada de ustedes. – Jungkook se levantó del sofá.
– Esta situación no me compete y claramente actué mal. – miró al rubio quien se mantenía callado.
– Puede estar tranquilo Park, no diré nada de esto a nadie. – suspiró. – Tómelo como una disculpa por golpearle de esa manera. –
Lisa sonrió de medio lado, no esperaba menos de un hombre con la moral del médico. Pero no podía bajar la guardia, al menos no cuando aun seguía sin conocerle del todo.
– No podemos estar tranquilos con su palabra doctor Jeon. – Lalisa de nuevo se permitía intervenir.
– No lo tome a mal, pero nada nos asegura que cumplirá su palabra. – ambos se miraron a los ojos.
Jungkook comprendía la desconfianza, claramente era un asunto delicado, en especial porque él sabía lo duro que es la clase alta con estos temas. HoseOk, su amigo, es un claro ejemplo.
– Bien, sino puede confiar en lo que digo puede hacer una clase de acuerdo o contrato. – no tiene idea, pero sabe que a una mujer como la rubia le podría encantar esta clase de asuntos eso es lo que a lo que se dedica.
– Cuando lo tengan listo, lo firmaré. –
El pelinegro no quería estar más allí.
Tenía que asimilar todo lo que está sintiendo en esos momentos, aunque suene un tanto cruel toda esa comprometedora situación y el desgaste que representa, le reitera una oportunidad. Esta feliz de que esa fuese el caso del "matrimonio perfecto" pero resultó ser mentira. Ahora sabe que debe luchar por una oportunidad con la hermosa mujer.
Después de algún par de días tras la conmoción Lisa se encontraba viendo el acuerdo entre sus manos mientras esperaba en la oficina del doctor Jeon. Quien extrañamente, contrario a lo que pensó, el no era el director del hospital que su familia creó.
Aun más curioso enterarse que el hombre vivía de manera sencilla.
– Gracias por la invitación Nayeon pero no puedo aceptar tengo guardia y tengo que cubrirla. – se adentró a la oficina ignorando el hecho de la presencia dentro quien miró a la enfermera entusiasta y la incomodidad del médico.