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Melisa

Estaba débil, no podía abrir los ojos, sabía que me quedaba poco tiempo y mi cuerpo no respondía. Al final todos tenían razón Christian no era para mí, solo quería mi dinero.

Esperaba que mi final llegará rápido, ya no quería seguir sufriendo mientras esto ocurría en mi mente aparecía la cara de aquel chico que conocí en el hospital, no podía dejar de pensar en su sonrisa y en la calidez de sus ojos.

Solo me arrepentía de no poder deter a Christian y a esa maldita de Ana. Solo rezaba para que algo ocurriera y descubriera el tipo de personas que eran, ambos se merecían sufrir y pagar por todo.

Poco a poco la oscuridad me fue venciendo, deje de sentir dolor, había llegado mi fin.

Christian

Llevármela fue tan fácil, en cuando se desmayo después de leer la carta de su esposo aproveche la oportunidad, ahora sí nadie me separaría de ella, solo faltaba resolver el problema de su embarazo, pero eso era lo de menos.

Mientras la cargaba hacia el auto no podía dejar de pensar en lo felices que seríamos juntos, y como me divertiría compartiéndola con otros hombres. Solo tenía que llegar al aeropuerto y abordar el jet privado de la idiota de Melisa, a estás alturas de seguro ya estaría muerta, lo que me daba suficiente tiempo para vaciar las cuentas que puso a mi nombre la muy idiota.

Estar a su lado había sido una completa pesadilla, besarla me daba asco, y cuando teníamos relaciones solía imaginarme que era Ana, solo así podia estar a su lado mientras en secreto diseñaba mi plan.

🔘Apariencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora