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Por suerte, la cena había pasado sin que sus padres se dieran cuenta de lo que sucedía entre ellos, o se percataran de los golpes que  tenia mi rostro, cuando por fin se despidieron y se subieron al automóvil para marchase,  michael hizo algo que no me esperaba,  me beso enfrente de ellos, para después mencionar como si nada que ella había aceptado quedarse esta noche con nosotros, por lo que ellos sin hacer más preguntas se marcharon.

Al entrar a la casa lo primero que sentí fue como su mano me sujetaba fuertemente del brazo, para después voltearme bruscamente quedando enfrente de ellos. Ella sólo reía viendo como él me trataba,  mientras yo intentaba retener mis lágrimas,  para no darle el gusto de que me viera llorar.

- ¡Mírame idiota! - había gritado michael, cundo por fin consigo que lo mirará fijamente a los ojos,  continuo diciendo - recoge lo que necesites de la recamara, ahora mismo, porque no quiero que después nos interumpas a Diana y a mi.

Sin decir nada mas, siguió su camino junto con ella, dejándome  en la entrada de la casa, y con las lagrimas saliendo por fin de mis ojos, al no poder seguir reteniendolas, de sólo pensar en lo que pasaría en ese cuarto.

Pero sin poder hacer nada, subi las escaleras y saque todo lo que necesitaría de la habitacion,  para pasar la noche en uno de los cuartos de invitados. Cuando estaba por salir,  ellos entraron a la habitación,  Diana solo traía  puesta la camisa de mi esposo, mientras él,  solo traía puesto el pantalón, el cual estaba desabrochado.

Incapaz de seguir ahi, salí corriendo lo más rápido que pude, sintiendo como mi corazón se terminaba de romper. Mientras escuchaba sus risas.





🔘Apariencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora