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Melisa

Christian había ido a los Angeles a entregarle la invitación de nuestra boda a Ana. Sabía que para él era más que una amiga, pero lo había dejado ir solo porque sabía que ella estaba casada y porque confiaba en él.

Pero después de una semana sin tener noticias suyas,  sólo le informe a mi mejor amiga que tomaría el siguiente vuelo a los Angeles,  necesitaba saber que pasaba porque su viaje de ida y vuelta ya había durado más de un mes. Sabía que si les explicaba esto a mis padres no me dejarían ir, no sólo porque ellos desconfiaba de él, sino por mi enfermedad.

Desde que me diagnosticaron cáncer mis padres me han sobre protegido de todo, incluso peor cuando conocí a Christian, ellos estaban convencidos de que él solo me usaba para olvidar a Ana,  pero yo creía que de verdad me ama, si no lo creyera así no me habría entregado por primera vez a él.

Arregle una pequeña maleta, donde la mayoría del espacio eran ocupado por mis medicinas, Sara ya me esperaba en la puerta de entrada con el bolteo del avion, era una suerte tener a una amiga como ella que me trataba como alguien normal.

En cuanto subí al carro Sara no dejaba de decir que me llamaría cada cuatro horas para recordarme que tenía que tomar mis medicinas, ella había sugerido acompañarme pero yo le recordé que tenía que quedarse para atender a los clientes de nuestro negocio, hace unos años atrás habíamos creado una editorial aunque al principio nos dividimos las tareas entre las dos, después de mi enfermedad ella se hacía cargo de casi todo así que en mi testamento ya estaba establecido que ella se convertiría en la dueña absoluta cuando yo muriera.

Al llegar al aeropuerto me despedí de ella con un abrazo. Estando ya sola en el avión solo podía pensar en Christian y en que lo que fuera que lo estuviera entreteniendo de seguro se alegraría de verme.

Las horas de vuelo fueron demasiado tranquilas, después de instalarme en el hotel volví a marcarle, al no tener de nuevo ninguna señal de él fui a la casa de Ana, cuando llegue preguntando por ella la ama de llaves me contó lo sucedido y me dio la dirección del hotel, fue cuando entendí porque no había regresado, tal vez estaba preocupado por su amiga después de todo ellos se habían conocido desde niños.

Cuando llegue al hospital, busque enseguida su habitación una de las enfermeras me hizo el favor de acompañarme, dejándome en la entrada de la misma, pero cuando abrí la puerta no podía ver lo veía mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas y salí corindón lo más rápido que pude, ahora entendía porque no me contestaba las llamadas.

🔘Apariencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora