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Michael

Seguía viendo al maldito idiota tirado en el suelo,  estaba apunto de sacar toda la ira que tenía con el  cuando Ana me sujeto del brazo, haciendo eso me dejaba claro que lo pasaba en esas fotos era verdad y que el y ella se entendían bastante bien.

Jale mi brazo sin importarme si la lastimaba o no, pero esta vez me detuve no haría un escándalo más, Joseph ya me lo había advertido, además no tenía caso cuando todo estaba más que claro. Me gire tome el rostro de Ana entre mis manos y la bese dándole un espectáculo a ese maldito y sorprendiendola a ella, cuando termine el beso saque un par de dólares de mi cartera y se los arroje diciéndole así es como te gusta que te traten antes de salir de ahi.

Estaba en el estacionamiento del hospital sin ir tarde si era descubierto por los periodistas o no cuando sonó mi teléfono,  por la canción del contacto sabía que se trataba de Diana,  otra que estaba empezando ha artarme, asi que sin más conteste esperando que no fuera la misma tontería de que quería que tuviéramos un bebe.

— Michael tenemos que vernos.

— No puedo, estoy en el hospital recuerdas.

— Desde cuando te convertiste en el esposo modelo.

— Desde que por mi culpa paso esto, lo mejor es que no nos veamos por un tiempo, Joseph ya abrazo me lo advirtió y no planeo desobedecerlo, ya que el es capaz de revelar todo si lo desonedezco.

— El no haría eso, no creo que quiera perder todo el dinero que consigue gracias a ti.

— Creme que lo haria, él quiere a Ana como una hija, me tengo que ir, luego hablamos. 

Me quedé un rato mas en el estacionamiento tratando de calmarme antes de regresar al cuarto de mi esposa,  tal vez Joseph tenía razon, si tuviéramos un hijo las cosas se arreglarian.

🔘Apariencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora