🔘Apariencia de amor

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Santiago

Cuando Marck me llamo para que le ayudará con alguien nunca hubiera pensado que se trataba de ella. Era igual de hermosa como salía en las portadas de revistas. Pero ahora su rostro estaba lleno de lágrimas.

Sabía que no debía presionarla, así que solo me senté en el sofá esperando a que ella decidiera hablar, pero los minutos pasaban y seguíamos igual. Al final se volvió a acostar en la cama para después quedarse dormida.

Me quedé ahí, por unos minutos más observándola, cuando me fijé en su bolso que estaba tirado en el suelo con todas sus cosas esparcidas pero algo llamo mi atención cuando lo tome para levantarlo, un pequeño cuaderno negro, sabía que no tenía que abrirlo ya que eso era invadir la privacidad de un paciente, pero mi curiosidad fue mayor así que empecé a ojearlo, mis ojos se abrieron completamente al darme cuenta de lo que había ahí escrito, ahora entendía porque se encontraba en ese estado, yo tampoco podía creer todo lo que estaba ahí. Esto podía ayudar a Mark, aquí estaban las pruebas que había buscado durante mucho tiempo, pero porque ella lo tenía, acaso ella tuvo algo que ver en todo lo que pasó.

Salí del cuarto y fui al despacho y fui directo al despacho de Mark pensando si decirle o no sobre mi hallazgo, al final decidí no hacerlo, así que solo le dije que esa chica necesitaría  ayuda, no esperaba que el me pidiera que me encargará de ella, pero acepte sin pensarlo.

Más tarde regrese a su cuarto, donde ella seguía dormida me senté en el sillón y me puse a observarla mientras ojeaba el cuaderno, dentro de el estaban unas cartas todas dirigidas a Joseph Jackson, aunque también habían unas para un tal Christian.

Unas horas después ella despertó, parecía algo desorientada, pero después de un rápido vistazo al cuarto empezó a llorar nuevamente, sabía que no era el momento correcto para preguntarle pero aún así lo hice.

-Tu eres la culpable de su muerte.

Ella abrió enormemente sus ojos, pero su mirada está fija en el cuaderno.

-Yo no, mi padre.