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Eran las 6 de la tarde cuando por fin baje, el maquillaje  no había ocultado muy bien  los golpes, pero al menos el suéter hacia su trabajo al cubrir los golpes de mis brazos.

Al entrar en la sala, ahí estaba él. Sentado en su sillón favorito, hablando con ella, como era amiga de la familia supuse que estaría aquí, aprovechando la oportunidad de restregarme en la cara el romance que tiene con mi marido. Aún recordaba  la carta que me había dado hace algunos días.

Querida Ana.

Porque no simplemente  desapareces de nuestras vidas, sabes lo complicado que es vernos en dos diferentes casas. Déjanos ser felices de una maldita vez, ya estamos cansados de escondernos.

Si supieras  las cosas que hemos  hecho en la cama que compartes con él, te aseguro  que no querrías  volver a dormir en ella.

Apesar de que él tiene que lidiar contigo, él  y yo estamos bien. De hecho estamos más cercanos que nunca. Tanto  que hemos pensado en tener un bebé.

Sin embargo, me pregunto que pasa por tu mente que te hace seguir al lado del hombre que te engaña conmigo.

No debes de sentirte mal cuando él pasa las noches en un hotel, ya que está conmigo.

Espero que no pienses en el viejo cliché, de que me dejaría por ti.

Bye de la amante y futura esposa  (Si decides largarte)

Cuando por fin se dieron cuenta de mi  prisencia, ella sólo me regalo una sonrisa, y él, la mirada de odio que tanto conocía.

🔘Apariencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora