V|"Mi cuerpo ha ganado CICATRICES, mi alma HERIDAS y mi corazón ESPINAS, yo solo quiero purgar mi dolor con dulce VENGANZA, caiga quien caiga...."
Verónica Stark tras el abandono fue lanzada al abismo de su propia perdición y de allí nació su deseo...
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Sus sentimientos, razón, egoísmo, compasión y deseos fueron las principales cabecillas de la verdadera guerra que se dictaba en su mente corazón.
Tantos dilemas en encrucijada de sus memorias en tan sólo segundos...
Por un lado estaba el amor de su vida sin el riesgo de morir y conseguir lo que siempre anhelaron tener juntas con esa maravillosa familia de ensueño para sólo ser horas de conocerlos para enamorarse de sus hijos, todo era perfecto excepto por una cosa y donde entraba su segundo dilema, su familia de esta realidad que si bien ganó en cuestionables lazos, estos sin dudas estaban y formaban una gran parte de su corazón como lo que era ahora, cada una de esas relaciones la hicieron crecer y al mejorarlas ser una fiel compañía, sobretodo con la lealtad de sus amigas las cuales la acompañaron en sus peores momentos como en los mejores, donde aún con todo ese mundo de maravillas le era imposible el pensar en no conocerlas.
En esa realidad de un futuro sin que el chasquido le afecte a Natasha y ella no repercutirá en sus seres queridos quienes serán lanzados al sacrificio junto con la mitad del universo, la soledad en crudo les golpeará a cada uno mientras ella vive un paraíso y en verdad... ¿Sería capaz de cargar con esa culpa?
Donde a la larga sin dudas sabía que Natasha también sufriría aunque fuera en silencio, era demasiado noble y apegada a quienes consideraba su familia, donde tarde o temprano caerían juntas a ese abismo de penurias en lo que pudo haber sido si hubieran colaborado.
Lastimosamente si sabía la respuesta ante la millones de probabilidades con el mismo escenario.... La muerte
Aún con todo el ejército que estaba creciendo no se presentaba esa probabilidad en que Natasha pudiera vivir y era lo que carcome su alma día día con un hambre voraz de despojarla de sus esperanzas.
Su mente pareció irse a negro cuando en su interior hubo una mala pasada en querer regirse por el egoísmo y no pensar más...
Abrazar a ese oscuro ser que guardaba bajo siete llaves y terminar de tirar su cordura por la borda en aferrarse al juego sin retorno de sus sueños.
Pero el grito de Lilith fue el que la hizo volver en sí, sus ojos se encontraron para ver en ellos todo lo que vivió a su lado, toda esa comprensión y cuidado sin esperar algo a cambio, su lealtad inconmensurable al compás de su cariño maternal que siempre la contuvo, ¿Cómo podría ser capaz de dejarla correr a su propia suerte?...
No había a nadie que quisiera dejar atrás, desde Elena hasta Leonor e incluso Brenda, cada uno de ellos eran parte de su peculiar familia como los vengadores eran para Natasha.
La sonrisa de suficiencia del Titán en saborear su pronta victoria se borró completamente ante el humor de la joven cambiar drásticamente en dejar ir todo esos miedos y angustia para la convicción tomar posesión de su ser.
