V|"Mi cuerpo ha ganado CICATRICES, mi alma HERIDAS y mi corazón ESPINAS, yo solo quiero purgar mi dolor con dulce VENGANZA, caiga quien caiga...."
Verónica Stark tras el abandono fue lanzada al abismo de su propia perdición y de allí nació su deseo...
Este ha sido un día muy largo Que continua desencadenando imágenes dolorosas (...)
Los recuerdos tristes que hay en mi corazón No puedo borrarlos ni siquiera con las lágrimas que derramé Por dónde puedo empezar? Solo puedo dejar escapar una risa vacía
Los recuerdos claros clavados en mi corazón Son rostros que pasan como si se rieran de mí Y se acercan como si fueran a atraparme Mis sueños se rompen en pedazos, se están escapando.
Fragmento "Someday, The Boy" |Kim Feel|
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Verónica accedió a hablar con la rusa tras soltarse reacia de su toque y no caer ante sus sentidos, necesitaba poner un freno, una forma de controlar los sentimientos encontrados que aún le provoca la dueña de esmeraldas.
Siendo el único gran traspié y talón de Aquiles de sus planes, debía pararlo cuanto antes.
Natasha estaba al borde de un colapso, demasiadas emociones u sentimientos carcomen su mente, alma y corazón con un envolvente revuelo.
Mientras está perdida en admirarla con detalle, su cabellera castaña resplandecía al iluminar lo profundo de sus oscuras ojeras, donde quizás cuánto tiempo lleva sin dormir correctamente con sus manos ligeramente temblorosas siendo prueba de una gran falta de sueño y exceso de cafeína en su cuerpo.
¿Los tormentos que sufrió en ese lugar aún la perseguían en sus sueños?, Quería sanar cada uno de ellos pero no tenía la cara para hacerlo, no cuando ella misma la arrastró a ese infierno...
¿Cómo no hacerlo sino confío con ella cuando pudo?...
¿Cómo no odiarse por no haberla ayudado cuando ella se lo pidió de rodillas?...
¿Cómo no sentir ese dolor de romper su corazón cuando ella le decía Te Amo entre lágrimas?...
Y de allí salen las marcas que ganó su cuerpo con los horribles dolores que debió pasar, mientras su piel expuesta mostraba un sinfín de éstas, profundas y algunas más suaves para no poder reconocer ni la mitad de las armas que pudieran haber usado con ella.
Donde un nuevo sollozo se instaló en su garganta por lo que tras un suspiro lo ahogó al morder su labio con fuerza.
