Capítulo 16

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AVA PAIGE

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AVA PAIGE

Hace un día que no sabía nada sobre él, no quería pensar que fue por nuestro beso porque me haría sentir miserable. Le había enviado mensajes toda la mañana mientras tomaba clases, me estaba preocupando por él. Normalmente se comunicaba conmigo con frecuencia aunque no nos viéramos, y ahora parece que desapareció del planeta. Esperaba que cuando fuera al trabajo encontrármelo pidiendo su café espresso no tan fuerte.

La tarde apenas estaba empezando, eran casi las dos de la tarde y yo estaba tomando mi penúltima clase del día. Me estaba muriendo del sueño, la noche anterior la ansiedad pudo más que mis ganas de dormir. Estaba entrando al salón de historia, en el fondo de la clase se encontraba Cinthia y para mi mala suerte el único asiento libre era al lado suyo.

Acomodé la mochila a mis pies.

—Es un milagro verte —susurro entre dientes.

Las únicas clases que compartíamos era esta y fotografía y digamos que siempre que podía la evitaba. Dude en responderle porque la maestra había empezado a hablar. Saqué la libreta y algunos bolígrafos.

—He estado ocupada —me limité a contestar cuando la señorita Clay nos dio la espalda.

La clase se mantuvo en silencio, como siempre. Historia no era mi favorita pero la podía soportar. Estaba organizando en mi cabeza si había traído las cosas necesaria para educación física, me tocaba una vez a la semana, era innecesario, en mí opinión.

La clase se terminó una hora antes, los maestros nos estaban dando pequeños retrocesos en lo que vimos los últimos cuatro meses, para los exámenes finales que eran en dos semanas. Fui a la cafetería buscando encontrarme con mis amigas. Isla alzó la mano y así la pude ubicar.

—¿Tienen clase con Derek? —Amelia soltó un suspiro, estaba sentada sobre la mesa redonda.

—Yo sí.

—Estoy librada de ese gritón —dijo la rubia a mi lado, sentada como una persona normal a comparación de nuestra amiga.

—Iré por un refresco —no era sano tomarlos siendo que iría a hacer deporte, pero no es que me preocupe mucho eso.

Me gustaba ejercitarme, mas con el entrenador no, para nada, él es el entrenador de los de atletismo así que ya se puede imaginar como son las cosas. No hay paz, no hay descansos.

Regrese con la soda de uva; le di un sorbo y volví a sentarme.

Tenía que decirle a mis amigas lo que ha estado pasando con Ethan, no podía seguir mirándolas y guardar ese enorme secreto. Les di un vistazo con duda, estaba apunto de hablar.

—Tengo que contarles algo —sorbí de la lata, tratando de disimular mi nerviosismo. La morena puso su mirada en mí. — . Después de clases —agregue suspenso.

Otro atardecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora