Capítulo 7

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AVA PAIGE

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AVA PAIGE

Mi padre ayer no pudo llegar, más bien se le había olvidado venir. Estaba tan borracho que solo llegó a casa para tumbarse en la cama, eso me contó mi madre cuando me llamó y le expliqué en lo que habíamos quedado.

Hoy las clases se habían suspendido, maldije y agradecí a la vez, aproveché la mañana libre para salir a comprar algunas cosas que me hacían falta. Por otro lado, estaba pensando en lo siguiente que haría como "adulta responsable" quería comprar un auto. Me gustaba caminar y tomar el aire fresco, pero el metro ya me estaba molestando, tantas personas en un solo lugar, todos corriendo y aplastándote, no suena muy agradable.

Pasando por el supermercado me encontré con una tienda de discos. Me quedé fascinada por el ambiente que se podía percibir desde fuera, lástima que aún estaba cerrada. Anoté en mi cabeza la dirección de cómo la había encontrado para venir en otro momento y disfrutar de esta maravillosa tienda.

La música siempre me ha acompañado desde que era muy pequeña, antes de que mi padre cayera en el vicio del alcohol. Todos los días me ponía una canción que hasta el día de hoy la sigo escuchando, por el simple echo de que me lleva a ese recuerdo con él. No me llamaría coleccionista de vinilos, tenía los necesarios y los que más me gustaban.

Entraba cosas en el carrito, despreocupada. Lo bueno de ser independiente es que puedes llenar tu carrito con las cosas que te plazca, es un placer que todos deberían de darse algún día.

Regrese a casa con las manos hechas añicos, las vi y estaban rojas. Hubiera tomada un taxi, si, pero, no tengo excusas. Rápidamente dejé las cosas en su lugar. Se me había olvidado que necesitaba utensilios de limpieza para el hogar, fue una de las principales razones por las que fui de compras, y también la pasta.

Busque el sonido de mi teléfono hasta que lo encontré.

Hola, Avocado, perdón por lo de ayer... envíame tú dirección.

Mi padre era esa especia de padre que no se rinde, un día podía estar tirado en la mierda, pero al otro trataba de no relacionarse con lo anterior. Su relación con la bebida era tóxica, la buscaba cuando estaba deprimido, inestable, enojado, feliz, preocupado... normalmente se mantenía sorbió la mayor parte del día, la cosa empezaba cuando caía el sol, los bares y el eran uno.

Le dije la dirección.

Me gustaba pasar tiempo con él, pero odiaba verlo tomar, me devastaba por dentro, sabía que se estaba destruyendo poco a poco y no se daba cuenta.

Cuando yo empecé a fumar fue una época dura para mí, no encontraba mi lugar, sentía que no pertenecía a ningún lado, mis amigas me ayudaron, pero a decir verdad, no sales de esas cosas a menos que tengas la suficiente fuerza para hacerlo.

Otro atardecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora