Capítulo 4

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Bailando con las manos

Hestia

Creo que ha pasado una semana desde la última vez que salí de esta habitación.

No lo sé, quizás incluso han pasado años, pero el tiempo cada vez es más doloroso, y yo no he podido levantarme de esta cama sino para ir al baño a vomitar.

Al día siguiente después de aquella cena, por la mañana Alana vino a buscarme, y vino los días siguientes también, no abrí la puerta, y ella tampoco entró aún teniendo la capacidad de hacerlo cuando las mujeres del servicio entraban para dejar comida que pocas veces tocaba.

Evitaba pasar a través de los espejos o cualquier cosa que pudiera reflejar mi deplorable imagen, aunque un día no pude evitarlo y noté como mi cara estaba más flaca, mi cuerpo igual, a la vez que debajo de mis ojos descansaban dos enormes manchas oscuras que cada día crecían haciéndose bultos negros.

Pasé los días lamentando mi vida, si, en otras palabras estaba buscando mi muerte lentamente, y a la vez me preguntaba cómo pude nacer en esta vida, en este presente, en ese pasado, y cómo podría siquiera soportar ese futuro tan cruel que me esperaba, y deseé..., deseé cada día poder ser cualquiera otra persona.

Pensé en la historia contada por Hera, tener que perder a sus padres, y su trono, no podía sentir ningún remordimiento acerca de eso, no podía compadecer o siquiera entender su dolor cuando ella ni siquiera compartió al menos un poco del sabor de saber lo es tener el amor de tus padres cerca.

Ambos, ambos me condenaron a una vida miserable por lo que para ellos estaba bien, ¿para qué?, para mantener viva. Me reía de esa estupidez, me reía de su estupidez al no sopesar que yo fuí muriendo capa por capa, lentamente, cuando quizás el morir en manos de quienes los perseguían cuando tenía tres años en aquella noche, debió ser una muerte menos dolorosa de la que he estado cargando todos estos años.

Yo no quería ser salvada, yo quería ser amada, y si eso me hubiera costado la vida por al menos unos minutos, estaría bien, estaría bien, porque yo moriría sabiendo que fuí querida, que no fuí una hija abandonada.

Alana vino a tocar una vez más ese dia, tocaba tres veces y luego se iba.

Escuche 1...., luego 2.... y al final....3, escuché como supiraba siempre que llegaba al último número, pero luego de un momento abrí, abrí la puerta...

Ella volteó, en su rostro una expresión sorprendida y aliviada a la vez, no dije nada, sólo dejé la puerta abierta y me di la vuelta, sentí cómo entró y cerró tras ella.

Realmente no entendí el porqué abrí la puerta, quizás...., quizás Alana era una de las  personas que pocas veces se había preocupado por mi, genuinamente o no, lo hacía.

—Te ves muy delgada—dijo con un supiro—quizás podríamos salir para que comas algo y hablemos un rato, pero fuera de esta habitación.

—Pensé que cuando secuestraban a alguien el objetivo era que se viera mal—me senté en la cama—no mejor.

Ella permaneció parada con sus manos enfrente, llevaba una falda con zapatillas y una camisa de lana en colores pasteles, se miraba hermosa con su cabello rubio cayendo a los lados de su cara en perfectos rizos, con esa imagen al ver la mía no es que fuera muy alentador.

—Sobre la cena—hablaba mientras jugaba con sus dedos—lo siento, yo... yo no sabía que pasaría nada de eso..., no esperé que las cosas terminaran así.

—¿A no?, ¿y que esperabas?

—Yo lo que siempre he esperado desde que llegaste era que te sintieras cómoda, que confieras en mi, que... que fueras mi amiga—susurró lo último aunque alcancé a escucharlo— se que las circunstancias fueron las peores, no trato de justificarme, no estuvo bien traerte así, contra tu voluntad y a la fuerza, pero lamentarme no cambiará nada, y que te quedes aquí encerrada para siempre tampoco cambiará el hecho de que hayas tenido que enfrentarte a todo el dolor en aquella cena aquella noche. Así que espero que me disculpes por eso, por todo, como también espero que bajes abajo, te estaré esperando si deseas confiar un poco en alguien cómo yo, y si no, está bien, ya vendrá alguien en quien lo hagas, pero por el momento, estaré abajo...

DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Lágrimas de fuego y sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora