Capítulo 7 (parte 2)

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Problemas y consecuencias

Hestia

—¿Cómo estás?—habló Hera rompiendo el incómodo silencio mientras seguíamos caminando—¿te sientes adolorida con las pruebas de esta mañana?

—Estoy bien—respondí más rápido de lo que pretendía—un poco adolorida pero nada que no pueda soportar.

Ella sonrío un poco por lo bajo.

—Eres muy fuerte Hestia, pero eso no implica que sea injusto que pases por eso, acabas de llegar, no estás acostumbrada, tampoco sabes a qué va todo eso, hablaré con Hades para que deje esto de lado...

—No—la interrumpí—no necesito la caridad de Hades, ni por lástima, ni por necesidad, si quiere seguir con las pruebas las cumpliré sin replicar ni bajarle la cara a la situación y menos a él.

Ella me observó por el rabillo del ojo mientras subiamos por las escaleras adentrándonos al pasillo derecho que guiaba a la biblioteca, sin embargo no nos dirigimos a ella. Seguí a Hera hacia un par de puertas de roble que daban acceso a un enorme estudio. A simple vista parecía un estudio de juntas, con una gran mesa negra larga en el centro con asientos de cuerto a su lado, habian estantes llenos de documentos  junto a paneles llenos de computadoras y aparatos electrónicos que a decir verdad no eran mi fuerte, pero lo que más llamó mi atención, fue una parte donde se encontraban armas enmarcadas en medio de paredes de cristales, junto a balas y navajas brillantes de todo tipo.

—Éste es nuestro punto de encuentro—habló Hera, posandose frente a mí—Aquí se reúne toda la familia para dar comunicados con asuntos de importancia. Normalmente es Hades el que más tiempo pasa en este lugar junto a Helio y Kieran que le siguen los pasos en los asuntos de la Familia.

Ella finalmente caminó hacia una caja fuerte que se mantenia detrás de un cuadro grande al fondo en la pared detrás de un escritorio.

—Sí no están en este lugar—siguió hablando—están fuera de casa como ahora, saldando cuentas pendientes.

Quise preguntar acerca de a que se refería en específico con lo de saldar cuentas, pero preferirí callar.

La observé de espaldas por un momento, llevaba una falda entallada hasta las rodillas con tacones bastante finos y una blusa color carmesí como el tono de sus labios suelta metida dentro de la falda. Hera era bastante llamativa, tenía un cuerpo voluptuoso con caderas grandes y cintura delgada, su forma de vestir era elegante, imponía poder por dónde se le viera.

Ella se dió la vuelta viendo hacia donde yo permanecia aún parada y noté que traía consigo entre las manos una caja roja de terciopelo pequeña que se me hacia familiar.

Tardé en reaccionar y me di cuenta que era la misma caja que había en el cuarto abandonado, al fondo de una caja que no me atreví a tocar.

Ella siguió avanzando hasta que habló...

—Cuando eras pequeña y aún vivías en este lugar...

Ella se detuvo tragando saliva y yo me tensé al instante, la verdad era que no quería hablar sobre ese tema, o no quería hablar sobre el por ahora.

—En está caja permanece algo que te pertenece, yo decidí conservarlo y quitártelo cuando tenias tres años y te llevé al otro lado del muro para no interferir con tus recuerdos en el mundo mortal. Hades y yo hemos esperado mucho tiempo para poder entregartelo una vez más. Él me comentó que estuviste en el cuarto que ha estado sellado por años. El ha guardado algunas cosas en ese lugar, resguardandolo por completo sin darle acceso a nadie incluyéndome a mí, nunca supe con claridad lo que por años guardó en ese lugar, hasta que tú... entrastes. Después él me trajo la caja para que pudiera entregartela ya que es tuya...

DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Lágrimas de fuego y sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora