Capítulo 25

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Fuego y música

Hestia

Cuando el cielo se tornaba gris algunos decían que era debido a que la tormenta se acercaba, yo en cambio siempre pensaba que era debido a que estaba enojado. Me gustaba sentarme frente a la entrada del orfanato, no sabía porque, sentía un sensación extraña en el pecho al sentarme en uno de los escalones para contemplar el cielo que pretendía llover.

Tenía cinco años, y estaba aquí desde hace dos años, pero no recuerdo nada, es extraño y vacío solo recordar dos años devida teniendo la conciencia de que me falta más, algo más...

Un estruendo en el cielo hizo que diera un brinco.

—Oye—le hablé a las nubes oscuras—no te enojes conmigo, a cambio de las otras personas que se esconden dentro de sus casas cuando estas así, a mi si me gusta salir a verte.

El primer año aquí fué difícil, y el segundo ha sido peor, aveces mis manos se tornan negras y me da mucho miedo así que uso guantes y trato de alejarme de todos, la mayor parte del tiempo la paso sentada aquí hablando con mis pensamientos.

Era media noche, mi oportunidad perfecta para salir afuera sin que nadie me viera y dejar de usar esos feos guantes por unos segundos.

Tomé el cuaderno que siempre cargaba escribiendo mi nombre en él.

—Hestia...—empecé a escribir—¿Pérez?, ¿Flores?, ¿Johnson?, quizás Miller...

Tomé nota de las opciones que se me ocurrían, aveces trataba de anotar las ideas de los apellidos que se me ocurrían, quizás así podria recordar el mio, recordar a mis padres, sus rostros, sus ojos, cualquier cosa seria suficiente...

Intenté con varias opciones hasta que me dí por vencida dejándolo de lado, las gotas empezaron a surgir mientras yo trataba de contarlas pero siempre perdía la cuenta cuando me distraía por ratos.

—Hestia—el cuerpo de la madre superiora hizo que me levantara de golpe—Otra vez afuera, entra rápido que puede darte una gripa con éste clima.

—Lo siento—dije tomando mis cosas con rápidez.

—Las personas no adoptan a niñas con gripa y desobedientes—volvió a aclararme haciéndome bajar la cabeza.

Lo estaba arruinando...

Asentí mientras ella me llevaba de vuelta a mi cama.

DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Lágrimas de fuego y sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora