Capítulo 9

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Una inesperada llegada

Hestia

Luego de la cena un tanto problemática, Hades pautó los puntos de mi entrenamiento el cuál teníamos que analizar al día siguiente para saber con exactitud que habilidades podíamos rescatar o si tendríamos que empezar desde cero con ejercicios básicos que le realizaban a los niños de siete años.

Como cosa rara tenía las cero capacidades requeridas.

A comparación, que el día de castigo que había recibido junto a Alana, esta vez al menos me había levantado 10 minutos más tarde, no es mucho pero al menos es algo en sí. Estábamos en la misma área al lado del fango, sin embargo está vez no me lanzaron a él de un sólo batonazo.

Era de madrugada, hacía bastante frío pero al menos el cielo daba un hermoso espectáculo en colores corales y azules.

Había llegado hace unos minutos, los únicos que se atrevieron a levantarse de sus camas para hacerme compañía fueron Alana, Gaia, Malika, y Hera que se encontraban el la cabaña abierta en forma de espectadores. Ni siquiera el fastidio de Carson fué capaz de despertarse a estas horas. Todos esperábamos a que Hades llegara para guiarme y empezar lo que sea que yo debía hacer.

Llegó después de un rato, mientras el cielo aclaraba cada vez más, traía consigo un par de hombres con ropas de cuero y lazos de armaduras, no reconocí a ninguno hasta que uno en particular estaba parado al lado de él.

—Tú...—le dije al hombre al lado de Hades apuntándolo con el dedo—Tú fuistes el que me secuestró y me trajo aquí.

Sin duda era él, el mismo hombre que me trajo a la fuerza aquella noche en el centro adoptivo, y me cargó como saco de papas hasta acá. El hombre estaba cruzado de brazos junto a Hades que sólo volteó sus ojos en un gesto de aburrimiento.

—Poniéndose al día con lo que de verdad importa, El capitán—apuntó al secuestrador—será el encargado de tú entrenamiento y yo me encargaré de supervisar tus avances desde fuera.

—Buscando el trabajo fácil, al parecer—le contesté a Hades.

—No busco el trabajo fácil—exaló—simplemente hay otros asuntos más importantes que debo atender.

Sentí como si eso hubiera sido una patada en el estómago y ni siquiera sabía porqué, así que me alejé dándole la espalda y caminé hacia las mesas llenas de cuchillos y armas afiladas.

—No empezaremos con esto por ahora—me habló el capitán secuestrador que se había acercado a mi lado.

Mi vista se dirigió hacia mí espalda, en el punto donde Hades estaba, ya que se había marchado cómo si realmente nada de esto importara.

Un atisbo de decepción, quizás por un momento quise que cambiara de opinión y a cambio del secuestrador fuera él, el que se hubiera acercado en este momento. Pero decidí bloquear de inmediato el sentimiento, volteando y concentrándome en el hombre a mi lado.

—Para que sepas tú eres el culpable de todas mis desgracias—contesté de mala manera—así que yo al menos elegiré que quiero hacer primero, secuestrador.

Resalté la última palabra.

—En primer lugar—dijo serio—estoy aquí precisamente para que no hagas lo que te plazca y seas realmente bien entrenada, así que déjate de niñerías y obedece.

Me arrebató la daga que tenia forma curvilínea de las manos.

—Y segundo—continuó—soy Eliseo Boroloc, Capitán Eliseo de los soldados del Trono de tú padre y mano derecha, niñata.

DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Lágrimas de fuego y sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora