DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Lágrimas de fuego y sangre)

Capítulo 34

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Frágiles

Hestia

Sentí cómo el peso de mil problemas se iba desvaneciendo con cada segundo en el que el cuerpo y la familiaridad de la presencia de Rebeca me avallasaba por completo.

—Estás viva...—susurro con la voz entrecortada como si estuviera creyéndoselo ella misma, y de alguna forma incluso yo.

Seguí apretandola con mis brazos ante la mirada de todos al rededor.

—Lowen—le habló Rebeca—¿Qué haces allí parado como tonto?—lo tomó del brazo—Ven aquí.

Lowen me dedicó una mirada dudosa, pero no le sirvió de nada en el momento en que Rebeca lo jaló lanzándolo dentro del abrazo de tres.

Vi como Hades blanqueaba los ojos desde su punto mientras Malika le reprochaba su mala actitud codeandolo.

Rebeca se negaba a soltarnos haciendo que el aire empezara a faltarme un poco.

—Creo que no respiro—susurré.

—Shh..—contestó apretando más mi cuello. Había olvidado que era más alta que yo.

Lowen empezó a removerse incómodo.

—Ya está—dijo moviéndose—Ahora...

Rebeca empezó a cruzarse de brazos.

—¡¿Dónde mierda has estado durante estos cuatro años?!—me habló alterada mientras veía a Lowen del mismo modo—¡Y tú...

Sus lágrimas empezaron a brillar otra vez.

—Pensé que los había perdido a ambos—exclamó.

—¿Cómo que cuatro años?—preguntó Lowen confundido—Yo sólo me he ido dos meses...

—¡No estoy para tus bromas estúpidas Lowen!—le respondió Rebeca abanicandose la cara dramáticamente—Ni en tus dos años de ausencia has dejado de ser insoportable...

—¿Ya dejaste de hablar?—la interrumpió Hades con sorna—No vine hasta aquí para reencuentros que me valen una mierda.

Rebeca empezó a ponerse regida mientras enarcaba una ceja.

—¿Y tú eres...?—le habló haciendo que Hades intentara contestarle, sin embargo ella lo calló levantándo su mano—Creo que ni siquiera tú lo sabes guapo, así que te recomiendo que te quedes con la boca cerrada en aquella esquina de allá mientras yo sigo hablando de con mi amiga desaparecida por cuatro años, y mi otro amigo un poco más estúpido que se fué por dos.

Malika no tardó en soltar a reír entre dientes junto a Alana, haciendo que Hades se rígiera.

Vi como Hades empezó a caminar hacia Rebeca buscando sus ojos haciendo que yo me pusiera en alerta ante lo que Alana me había mencionado.

—Ni si te ocurra—lo empujé intuyendo que buscaría la manera de hipnotizarla o algo así.

—Entonces dile a tú amiga que se deje de pendejadas y me dé la información que necesito—siseó—¡Ya!

—Qué lástima que seas tan gruñón con lo guapo que estás—Rebeca suspiró mientras me jalaba del brazo a mi a Lowen—Vengan.

Nos guió a una esquina del cuarto buscando más privacidad.

—¿Qué es esto?—nos preguntó a mi y a Lowen sin una pizca de diversión en su rostro—Yo..., en serio pensé que habían muerto, y más con lo que ahora está pasando...

—¿De que hablas?—pregunté.

—Eso no importa—nos centró—Joder los he extrañado tanto.

Suspiró volviendo a abrazarnos.