DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Lágrimas de fuego y sangre)

Capítulo: 43

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Cielo gris

Narrador: Omnisciente

Blanco invierno...,bañado de rojo.

El invierno de año nuevo siempre había traído caos para la familia Badness y la familia Tenebris.

El invierno siempre traerá caos. Eso solía decir Zeus mientras miraba a través del vidrio de su habitación como la nieve viajaba sobre el viento con sencillez.

El no tenía clara la forma en la cuál moriria, sin embargo, siempre esperó que el frío de esa temporada lo llevara lejos, como el viento soplaba y se llevaba los copos de nieve por las rafagas del cielo.

Tan trágico como esta noche donde Hestia nunca pensó perder a su padre, como también a ella misma en el camino.

El invierno habia volvido una vez más, trayendo a la muerte consigo, arrebatando todo sin piedad.

El trono de los Badness estaba manchado con el color rojo carmesí que cubría cada parte del lugar, que cubría cada rastro del blanco y dorado que los caracterizaba, mientras los gritos y los llantos eran el augurio que llenaba el gran vacío, a la vez que la gran estrella cristalina arriba del gran pino en el centro de ese salón era testigo de todo.

Miles de almas perdidas y atrapadas viajaban sobre el viento, almas atormentadas que habían acompañado a Hades por años, ahora eran libres, al igual que él...

—¡Levántate!—le seguía exigiendo Hestia mientras se negaba a vivir en esa realidad que estaba más que clara ante sus ojos—¡Es una orden!

Hades no la escuchaba, muchos dicen que había paz o tormento después de la muerte, Hades estaba obligado a ofrecer el segundo, pero, ¿que había para él?, ¿Que espacio había para él Dios de la muerte en algún lugar si era él quién lo ofrecía?

—Por favor...

Hestia ya no daba para más, ya no podía soportar un desgaste más por parte de nadie.

Sin duda el mayor golpe que la había jodido era esto, ver a su padre sin vida en ese piso, mientras ella empezaba a razonar de cuanto lo necesitaba y lo había necesitado.

Lamentos...

Lamentos que ella sentía al ser tan estúpida y no haberse dado el tiempo de estar cerca de su padre, quizás...

Quizás si se hubiera acercado más a él antes, quizás no dolería de esa forma—pensaba.

Pero...,¿por qué le dolía de esta manera?

¿Por que si ella lo odiaba y lo culpaba tanto?

Bueno, quizás eso nunca fué cierto.

—¡Hades!—los gritos de Hera eran desgarradores y profundamente dolorosos mientras se mezclaban con los del resto—Por favor despierta, no puedes dejarnos..., no estamos listos.

Suplicas y suplicas de una vida y una alma que no regresaría...

No a menos...

—Una vida por otra vida—Baltasar presenciaba todo desde el otro lado cuando se había transportado a debajo de las montañas—Pero no cualquier vida...

Caminó entre los barrotes tan despacio y  con mucha delicadeza que hacia que las rocas de ese sitio temblaran con su presencia.

—Sino una vida llena de poder, una que tenga la verdadera fuerza para traer a una alma a su cuerpo—se detuvo viendo directamente a la persona que tenía enfrente—¿Qué mejor que la Diosa del fuego?