Capítulo 17

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                 ————༒︎————
Nota con sabor a muerte

Hestia

—¿Lowen?

Mi voz salió en salió en un suspiró en el momento en que vi el cuerpo de mi amigo parado en medio del salón con la cara aterrorizada.

Sentí cómo mi corazón pretendía salir de mi pecho, cuando los ojos de Baltasar y Dargan estaban detallando toda la situación con sumo entusiasmo.

Ahora como podía tapar esto, lo iban a matar, a ellos no les costaba nada arrebatarle la vida a alguien cómo Lowen.

Me separé rápidamente del lado de Dargan, sintiendo como todo el cúmulo de sentimiento encontrados y el poder que emergió derrepente de mí pasaban a segundo plano, bajándome todo de un solo tirón, sentí cómo si me hubiera tirado un balde de agua fría apagando cualquier preocupación que no fuera Lowen.

Me acerqué con cuidado hacia él, pero cada paso que yo daba hacia delante, el lo daba hacia atrás.

—Lowen...

—¡¿Qué fué eso?!—gritó asustado—tus manos...

Volteó a ver mis manos que ya se encontraban completamente normales, sin ningún tinte del color negro en mis venas, ni de llamas voraces.

—¡Joder tus manos estaban en llamas, al igual que tus ojos, Hestia!

Meneé la cabeza tratando de acercarme aún más.

—Lowen, sólo déjame explicarte todo,  vamos afuera...

—¿No nos presentarás a tu amiguito querida?—la voz de Baltasar hizo que me quedara quieta—parece asustado, y perdido...

—No está perdido—habló Hades que me veía con los ojos llenos de furia ante la situación que claramente era mi culpa.

—¿A no?—Dargan dió un paso al frente con las manos metidas en sus bolsillos—un humano flacucho con cara de idiota, casi llorando porque vió a tú hija en llamas, con los ojos desorientados, sin mencionar que apesta a humanidad...

La voz de su hermana Nix, sonó a su lado con una carcajada vibrante.

—Está que se hace en los pantalones—dijo la chica pelinegra de cabello corto—patético.

—¡Callense hijos de puta!—les grite—¡todos ustedes largo de aquí, ya!

Dargan se tensó aún más ante mis palabras, mientras tomaba una postura más recta, caminando hacia nosotros.

Su sombra nos cubrió, incluso a Lowen, mientras que sombras a sus lados empezaban a salir, sin embargo, no dí ni un sólo paso atrás ante su naturaleza.

—¿Estás asustado con eso que viste?—le habló a Lowen que se encogía en su lugar—¿te dió miedo? ¿Eh?

Dió otro paso más cerca de Lowen apartandome con brusquedad.

—Pues mira esto...

Dios mío.

Me llevé las manos a la boca al ver cómo la cara de Dargan pasaba de sus hermosas facciones masculinas, a convertirse en una atrocidad.

Sus labios se convertían en una línea larga que abría sus mejillas mostrando unos grandes colmillos filosos que sobresalían en una sonrisa macabra, el iris de sus ojos negros se expandían por todo el ojo dejando un baño de oscuridad completo en ellos, mientras un par de alas con plumas negras se extendieron de su espalda con colmillos en las puntas, sus manos eran más largas y más grandes con garras y en su cabeza, unos grandes cuernos permanecían como si estuvieran allí todo el tiempo escondidos.

DIOSES, BRUJAS Y TRONOS (Lágrimas de fuego y sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora