Terminamos de desfilar por la alfombra roja, enganchada a su brazo mientras siento una presión extraña en el pecho.—¿Estás bien? —me pregunta Gavi cuando me llevo la mano al pecho.
—Tengo una sensación extraña en el cuerpo y se extiende hasta mi pecho. Es algo extraño... Algo que no sé descifrar.
—¿Estás bien? Gala, ¿la revisión de ayer salió bien? Me dijiste que sí.
—Mi corazón está fuerte y sano. Es algo más. No sé que es, pero tengo un mal presentimiento, Gavi.
—No va a pasar nada, ¿vale? —Tomó mis manos entre las suyas. —Quítate eso de la cabeza, por favor. Esta noche es tu noche y la de tu padre. ¿Entendido? Así que no va a pasar nada más. ¿Sabes lo único que puede pasar? —me pregunto y negué con la cabeza —. Que al finalizar la noche limpie con la yema de mis dedos los restos de rímel que se quedaron debajo de tus ojos a causa de las lágrimas de emoción.
—¿Y luego? —le pregunté dibujando una sonrisa débil en mi rostro.
—Luego te daré besos y nos comeremos la tarta —susurró en mi oído y sonreí, soltando débiles carcajadas.
—Me parece un plan exquisito —le contesté con un hilo de felicidad.
—Tú a mí sí que me pareces exquisita —dijo y sus manos se posaron en mi cintura —. No hay una mujer más hermosa que tú. Me hechizaste, Gala. Me hechizas cada vez que te veo. ¿Lo mejor de todo? Que me enamoré de como me tratas, no de tu físico. Me enamoré de tus demonios y cuando te fuiste no supe qué hacer sin tus miedos. Me encantas, Gala. Y solo deseo que esta noche sea la mejor de tu vida. ¿Entendido? Te lo mereces. Nos lo merecemos y, creas o no, Fernando también se lo merece. Todos vamos a pasarlo bien esta noche. Creo que después de todo, nos lo merecemos. Vamos a honrar esta noche a tu padre y al que te salvó la vida y te trajo hasta mis brazos de nuevo, amor. Hoy nada puede salir mal. Confía en ti y solo deja que la noche fluya.
—Confío, pero...
—Esta noche no hay pero que valga. Esta noche es tuya. La protagonista esta noche, eres tú. Nadie más. Te tienes que olvidar de todo y disfrutar. Solo existes tú. Solo tú.
—Si no me sostienes, me caeré de los nervios.
—Te sostendré hasta mi último latido.
En ese momento en el cual te das cuenta de que tienes tú punto y coma, y es tan fuerte que nadie puede quebrarlo. Es fuerte y está perfectamente dibujado sobre el papel en el cual escribimos nuestra historia. El viento sopla fuerte, llevándose las hojas caídas de los árboles sin rumbo, pero la tinta es tan fuerte que ni la lluvia fue capaz de borrar y eliminar por completo mi punto y coma. Mil millones de puntos y comas. Mil te amo, Gavi.
—Punto y coma —le susurré mientras limpiaba mis lágrimas con la yema de sus dedos.
El corazón comenzó a latir más fuerte. Estaba loco como yo por Gavi. Mi corazón siempre latía fuerte cuando se trataba de él.
—Estamos hechos para amarnos por toda una eternidad, mi punto y coma.
—Y sé que esta vida no será suficiente para demostrarte cuando te amo con hechos. Te amo, Gavi. Te amo y te amaré por toda una eternidad.
—Entre mis brazos siempre —me susurró encima de mis labios para abrazarme de inmediato.
Su olor recorrió todo mi cuerpo y me sentí tan llena, que sonreí tal aquel pequeño contacto de sus labios en mi cuello.
—Te amo —le susurré con una sonrisa en mis labios.
—Te amo —susurró contra mi piel.
Nos separamos y me miró a los ojos, pero Guzmán me agarró del brazo.
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Amor infinito #2
Teen FictionGala Ponce se sometió a un trasplante de corazón, pero los médicos la dieron por muerta. ¿Será eso cierto? ¿Un corazón nuevo podría volver a enamorarse de la misma persona? TODO LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA SU COPIA PARCIAL O TOTAL.