Libro 2 de la trilogía de F1 "Un Beso"
Trilogía de historias independientes, interconectados, que se pueden leer en cualquier orden.
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La historia se puede llegar a repetir si Charles y Lucy no tienen cuidado...
Gracias al descubrimiento de que un...
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Charles Leclerc
— ¡Charles, te estoy hablando! No puedes dejar que se meta a tu familia así como así — gritó Charlotte, mi novia, antes de que saliera del apartamento, somantando la puerta.
Ya estaba harto de todo.
No solo perdí otra carrera en Mónaco teniendo la pole, sino que mi supuesta novia no era nada solidaria ni me apoyaba en momentos difíciles.
Cuando mi padre murió nos comentó que existía una más Leclerc y finalmente la habíamos encontrado, pero era algo complicado de asimilar y Charlotte pensaba que mi media hermana, Amélie, me odiaba y que no era justo que de la nada apareciera así en su vida esperando a que asumiera su apellido.
Pero no era algo que yo deseaba, era algo que mi padre quiso que se hiciera y suplico que si llegará a encontrarnos debíamos decirle la verdad.
Cuando salimos del circuito Char se fue por su lado y yo por el mío porque ya habíamos discutido antes, el sábado por la noche mencionó a mi ex nada más por sus malditos celos de pensar que la estaba viendo de nuevo en el paddock.
Pero no era así, Giada me odiaba y jamás me he reunido con ella luego de que la engañe con su ex mejor amiga. Era algo que había sucedido hace años, pero en la cabeza de Charlotte volvería a suceder. Y yo la amo, pero realmente es cansado pelear todos los días y mostrarnos felices al público.
Salí de la torre apartamentos y me dirigí al hotel donde mi compañero de equipo se hospedaba y las amigas de mi hermana estaban también ahí.
Llegué al hotel en minutos y la que parecía fan mía estaba en el lobby hablando por teléfono, alternadamente.
Me quedé viéndola por unos minutos antes de ir al bar. Llevaba puestos unos vaqueros ajustados a su figura, un top que dejaba ver su piel morena y lunares en sus pechos, los cuales sobresalen bastante en esa blusa tan pequeña.
Me daba ganas de arrancársela.
Ese cuerpo caliente y latino me pedía a gritos que me acercara a ella.
¡Charles es una fan y amiga de tu hermana!
Aparte ayer te intento seducir solo porque no fue el centro de atención...
La chica estaba con mucha rabia, como anoche en la llamada telefónica, casi gritando al otro lado de la línea.
Me aproximé ella solamente para poder escuchar un poco de su conversación e intentar preguntarle dónde estaba Carlos.
— ¡Es que no lo entiendes! Fuimos con las boletas que pagaste, pero nos invitaron a la hospitalidad.
Lucía, según recuerdo el nombre, no se dio cuenta de mi presencia y continuó hablando.
— Fue un piloto, pero él quería hablar con Ami.
Escuché al otro lado de la línea como le gritaba un hombre.
