Libro 2 de la trilogía de F1 "Un Beso"
Trilogía de historias independientes, interconectados, que se pueden leer en cualquier orden.
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La historia se puede llegar a repetir si Charles y Lucy no tienen cuidado...
Gracias al descubrimiento de que un...
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Charles Leclerc
Luego de que Lucy se fuera me dispuse a arreglarme para poder viajar a Maranello cuando enviaran otro avión.
Sin embargo, cuando lo estaba haciendo me llamaron de VisaJet, la aerolínea que nos daba los jets privados para viajar.
— Hola, buen día. — conteste.
— Buen día, señor Leclerc. Llamábamos para saber si su vuelo a Miami desea cambiarlo de horario.
— ¿Cómo? — pregunté confuso. —¿Todavía no ha llegado la chica al avión?
— No, señor.
Me quedé callado pensando que pudo haber pasado cuando escuche de nuevo la voz del señor en la otra línea, —¿Desea reprogramarlo?
— Ahora no, gracias. — dije rápidamente para luego colgar y llamar a mi chofer de confianza.
El chico no me contesto hasta la quinta llamada perdida que le deje.
— Una disculpa, señor Leclerc, estaba dormido. — menciono apenado.
— ¿En dónde estás? — pregunté.
— Sigo en el Lobby, esperando a la chica.
— Pero ella se fue hace una hora de la habitación.
— No ha salido nadie del hotel, señor. No que yo recuerde.
— Imposible saberlo si estabas dormido — dije un poco furioso.
— Lo siento, de un momento a otro me dio mucho sueño y no pude evitar dormirme. — hablo apenado.
— Gracias por nada — mencione antes de colgar completamente enojado.
¿Dónde se había metido la pelinegra?
Intente llamar a su móvil, pero me mando directo a buzón.
Y no la llame solo una vez, sino que al menos quince.
Con eso mis sospechas y miedo aumento.
Algo le había pasado.
Mi última opción era llamar a recepción para saber con quién se había ido.
Por suerte, accedieron a mostrarme las cámaras y ver la matrícula del auto al que se había subido.
Era el mismo que intento llevársela en la salida del circuito.
Mierda.
No sabía que hacer.
Podía intentar buscarla por mi cuenta, con mis medios, o podía contactar a su padre para que me ayudasen.
Sabía que la que no tendría consecuencias era la primera opción; por lo que, contacte a algunos de mis contactos y pedí que localizaran el auto para poder tener la ubicación de Lucy.
