(5) Agliophobia

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Lucy Montenegro

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Lucy Montenegro

— Creo que he cambiado de opinión — mencionó Leclerc mientras se acercaba a mí.

Esto estaba mal, pero no podía evitar sentir una euforia cada que daba un paso más cerca a mí.

Mi cerebro me gritaba ¡NOOO!, pero mi sexo me gritaba ¡SIIII!

Inconscientemente, mi boca soltó lo siguiente, — Tu oportunidad para follarme sin consecuencias ya se ha acabado.

Su penetrante mirada se quedo viendo mis ojos café por unos segundos.

De lo cerca que estaba pudo pasar su dedo por mis labios húmedos y carnosos, haciendo que saliera un gemido sin darme cuenta.

— Parece que todavía lo quieres — guiño su ojo derecho.

Comenzó a introducir su dedo índice entre mi boca y yo lo succioné.

Sabía a gloria.

Pero no podía hacer esto.

​​Saque su dedo de mi lengua y di un paso atrás para crear una distancia.

— No, Charles, no podemos hacer esto. Tú tienes novia, yo igual y nos meteremos en problemas graves.

— Solo será un polvo, como tú dices — intento convencerme.

— Estaríamos siendo infieles.

— No lo seremos si tenemos claro que solo será algo de una vez.

Charles no me dejo ni pensar porque tomó mi cintura y me cargo para sentarme en una de las encimeras de la cocina y posicionarse entre mis piernas.

— Nada más quiero saber como se siente tener sexo con una chica que lleva perforados los pezones — susurró en mi oreja para luego bajar con su lengua por mi cuello.

—¡Espera no! — lo empujé de la encimera para que se alejara de mi cuello.

No le iba a ser infiel a Michael, menos sabiendo el peligro en que ponía ese acuerdo.

Porque si, yo estaba con él más que todo porque le convenía a mi padre. Michael es hijo de la Mafia Italiana y había una alianza entre nuestros padres estando nosotros en una relación.

Le he agarrado cariño, pero nunca me había sentido así con él como lo estaba haciendo con Charles con el simple hecho de que estuviera cerca de mí.

— Yo sé que tú también lo quieres, no te hagas la que no — respondió pesadamente —. De todas maneras respeto tu decisión, pero ten en claro que puedes perder la oportunidad.

— El que lo perdió fuiste tú — me bajé de la mesa molesta.

Comencé a caminar hacia la piscina que tenían en el jardín, me quite la salida de baño en el camino y me metí de un salto hacia el agua.

Infidèles | Formula 1 ▪️ Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora