(27) Monza

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Lucy Montenegro

Llevaba ignorando las llamadas de mi padre y de Michael durante todos estos días.

No quería asumir consecuencias ahora.

Me encontraba subiéndome a un avión para ir directa a Monza, Italia.

Lando deseaba sorprender a Amélie con la sorpresa de que iria al Gran Premio; por lo que, tanto su familia como sus amigas le hicimos creer que iríamos a New York.

Estaba emocionada de volver a ver a Charles, a pesar de que lo había visto hace unos días.

También lo sorprendería en el paddock, pues ni yo ni Lando le habíamos comentado que llegaríamos.

Mientras el avión se elevaba en el cielo, sentí una mezcla de emociones. Por un lado, la emoción de sorprender por Lando a Amélie en el Gran Premio de Monza; por otro, la ansiedad de enfrentarme a lo que vendría después con mi familia y la situación con Michael. Ignoré las llamadas persistentes de mi padre y de Michael, decidida a posponer esas conversaciones difíciles.

Aterricé en Italia con la esperanza de que esta escapada me permitiera desconectar y disfrutar de un momento de paz antes de enfrentar las complicaciones que se avecinaban. Lando había organizado todo meticulosamente y su reencuentro fue muy lindo, digno de dos personas enamoradas.

Ahora la idea de sorprender a Charles en el paddock solo aumentaba mi entusiasmo.

Llegamos a Monza y nos dirigimos directamente al paddock, donde la emoción de la carrera ya estaba palpable. Al entrar, noté la mirada de sorpresa en el rostro de Charles cuando me vio. Era evidente que no se esperaba mi visita, y eso solo hizo que la sorpresa fuera aún mejor.

— Lucy, ¿qué haces aquí? — preguntó Charles con una sonrisa que iluminaba su rostro y a la vez un poco preocupado.

— Lando organizó esto como una sorpresa para Amélie. ¡Hola, Charles! — saludé emocionada mientras nos abrazábamos de manera amistosa.

Lando, Amélie, Liv y Daniel se unieron a nosotros, y juntos disfrutamos del ambiente en el paddock antes de que comenzaran las prácticas. La energía vibrante del lugar ayudó a distraerme de las preocupaciones que dejé atrás en Miami, al menos por un momento.

Las conversaciones con Charles fueron un poco incómodas y decidí mejor no tocar el tema de que Micha me había propuesto matrimonio; ya que, sabía que él intentaría hablar con mi padre para que lo hiciera con él.

Pero, sinceramente, no me quería casar de esta manera.

Y a mi padre no le beneficiaba en nada el piloto de fórmula 1.

El viernes paso muy tranquilo y el sábado también.

Nadie sospechaba nada de Charles y yo, pues veníamos acompañando a Lando y teníamos pases de Mclaren.

Durante la carrera, nos quedamos en el garaje de Daniel Ricciardo y a pesar de eso me encontré animando a Charles con más entusiasmo del que pensé que tendría. La velocidad y la emoción del evento lograron sumergirme en el presente, al menos temporalmente.

Sin embargo, antes de que empezara la carrera, me di cuenta de que Charlotte de nuevo estaba en el circuito y eso realmente me ponía nerviosa. Primero porque no entendía si Charles deseaba regresar con ella y segundo porque no sabía que podia decir a los medios o en general a las personas que estuviesen en el paddock.

Me carcomí la cabeza durante un rato, hasta que se apagaron las luces y me enfoque en lo que era la carrera y la experiencia de estar en un garaje de boxes.

Infidèles | Formula 1 ▪️ Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora