(30) Ataraxia

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Charles Leclerc

Después de un vuelo a México lleno de pensamientos sobre la ecografía, llegué al Autódromo Hermanos Rodríguez. La emoción del anuncio del bebé y la revelación de que sería un niño aún resonaban en mi mente.

Lu me acompaño a este Gran Premio, me emocionaba muchísimo tenerla aquí y ver el progreso de su embarazo semana a semana.

La práctica del viernes transcurrió sin grandes sorpresas, pero mi mente estaba dividida entre el automovilismo y la próxima etapa de mi vida. No podía evitar sonreír cada vez que pensaba en la pequeña imagen en la ecografía.

Durante la clasificación del sábado, logré asegurar un lugar en la tercera fila. No estaba mal, pero mi enfoque estaba dividido. Después de la sesión, me dirigí a mi alojamiento, estar al lado de la colombiana.

Ella se había ido temprano del circuito para no ser fotografiados juntos y evitar más los rumores.

Aunque con que estuviera en el paddock ya decía mucho, pero realmente me importaba poco.

—¿Cómo estás, cariño? —pregunté al entrar a la habitación.

—Bien, aquí reposando como me dijeron los médicos. Ya te extrañaba

—Yo también necesitaba verte. — sonreí y me acerqué a besarla. — ¿Cómo está Charlie? — acaricie su vientre.

Lu en el viaje en avión que tuvimos a México bromeo con que sería un mini charles y de apodo le pusimos Charlie, pero el nombre no estaba definido todavía. 

— Bien, con un poco de náuseas, pero todo tranquilo.

Me acosté luego a su lado y platicamos hasta quedarnos dormidos.

El domingo, el día de la carrera, amaneció con una mezcla de emociones. La noticia del bebé y la certeza de que era un niño agregaron un matiz diferente a la jornada.

La carrera en México fue intensa, y luché por mantener mi concentración en la pista. Logré un P5, un resultado respetable, pero mi mente estaba en otro lugar. La posibilidad de convertirme en padre me llenaba de una alegría que no podía compararse con ningún logro en la pista.

Terminada la carrera, fui a buscar a Lucy a la hospitalidad

—No importa el resultado en la pista, lo más importante es que estoy aquí para ti y para nuestro pequeño campeón. —Le dije con sinceridad mientras la besaba a ella y luego dejaba un beso en su vientre.

Lucy respondió con una sonrisa y un brillo especial en sus ojos.  Sentía una conexión más fuerte que nunca.

Los próximos meses prometían ser desafiantes y emocionantes a la vez. La paternidad estaba en el horizonte, y estábamos dispuestos a enfrentar juntos cualquier obstáculo que la vida nos pusiera en el camino.

Lu me acompaño a Brasil, en donde también me gane un quinto puesto. Sabía el riesgo de traerla al trabajo y como estaba exponiendo todo, pero por ahora me daba igual, la quería a ella aquí conmigo con mi hijo en su vientre.

No obstante, no pensé que un obstáculo que hace semanas que no veía reapareció.

La prensa, siempre ávida de noticias sensacionales, no tardó en darle seguimiento a la historia, mi infidelidad y averiguar quién era mi amante.

Fotos de ambos empezaron a aparecer por todos lados, de nuestra vida cotidiana y encuentros del pasado. Era como si los paparazzi se hubieran guardado todo para publicarlo hasta ahora y sacar más.

Había dos fotos que estaban dando de que hablar muchísimo.

La primera era una foto mía y de Lu saliendo de la clínica de maternidad con la ecografía en la mano.

Infidèles | Formula 1 ▪️ Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora