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Jueves, 11 de marzo.

Primavera. Había un cálido sol, las aves comenzaban a salir y las flores a florecer, ellas y el amor en el aire... por algo era la época preferida por lo novios para casarse ¿no?

O eso creía Yeji, quien había citado a Mark en los bancos detrás de la escuela con un bonito árbol para confesárselo, o bueno, algo así.

—¿Yeji? ¿dónde estás?—preguntó Mark tan pronto entró al sitio acordado.

—Mark, aquí—alzó el brazo llamando su atención.

Una vez el canadiense se acercó, alzó ambas cejas inquisitoriamente, pues no entendía a que se trataba dicha citación en primer lugar.

—¿Me vas a decir o te quedarás allí petrificada?

Estaba realmente perdido.

—Bien, tienes razón...—meditó—Es sólo que no sé cómo preguntarte esto.

—¿De qué hablas?—junto las cejas dudoso—Pues por el principio.

—Claro, sí...—tomó aire—Yo no quiero ser una chismosa... es decir, no me considero así pero Jisung me ha estado contactando desde hace un tiempo por algo en particular.

—Está bien...—le dio pie a que continuase.

Su hermano estaba notoriamente interesado en Yeji, por lo que nunca pensó que eso ahora lo vinculase a él también.

—Mark, ¿tú por casualidad tienes idea de qué pasó en Año Nuevo?

La gran interrogante que no lo dejó dormir por días, estaba tocando la puerta de Mark. Llamándolo y poniéndolo nervioso de repente.

—No... pero siento qué hay mucho de lo que me he perdido—se acercó a la joven—¿Tú lo sabes, Yeji? ¿sabes algo que yo no?

Yeji tragó saliva.

—...Creo que lo mejor será que te sientes cómodo.

Exhaló y comenzó con su relato.

Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora