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Miércoles, noviembre 22.

—Oye, perdona si soy metiche pero ¿Chenle está bien?

La media sonrisa que el moreno le regaló, calmó de alguna manera sus nervios y su apresurada mente que daba vueltas intentando sacar conversación.

—Es su primera vez tomando, creo que es normal.

Asintió. Mark aún recordaba la primera vez que Doyoung los llevo a él y Jungwoo a una fiesta, ese día... si que acabo muy mal, aunque no peor que su mejor amigo que termino con cuatro nuevos contactos sin saber cómo.

—Es sólo que decía cosas muy graciosas allí parado.

—Cosas de borrachos—restó importancia con su mano—nada serio.

Sonrió.

Le gustaba eso. La calidez que sentía al estar en el mismo mueble con el menor, no era como en anteriores oportunidades dónde su corazón latía desbocado y su cuerpo temblaba, no sabía si el alcohol le había dado esa tranquilidad o si simplemente había comenzado a sentirse más cercano y por secuencia sereno junto a Hyuck. De cualquier manera, le gustaba, le gustaba mucho poder estar de esa forma junto a él. No quería que acabase.

—Oye, y ¿tú si haz bebido alguna vez?

—El año pasado en año nuevo junto a mis primos tomamos la botella de un tío—rio al recordar—Papá me ayudó a robarla, y bueno, esa noche jugamos muchos juegos como estos toda la noche.

Miro como el reflejo de la luna brillaba en sus ojos, era hermoso.

—Suena muy genial.

—Oh, lo fue, estoy esperando que llegue año nuevo para reunirnos otra vez. Deberías intentarlo, bueno quizás no robar una botella porque no está bien pero, ya sabes, jugar entre primos.

Quiso corresponderle la sonrisa pero no pudo.

—Yo... no tengo primos.

Las comisuras del moreno descendieron.

—Oh, es cierto, tú eres el medio hermano de Ji-

—Él es mi hermano.

La gélida voz de Jisung hizo eco entre la noche. Hyuck se petrificó.

—N-no quise decir eso, yo... yo lo siento.

Mark le lanzó una mala mirada a su hermano por su rudeza. Se sentía agradecido que lo reconociera pero sabía también que Donghyuck no había tenido malas intenciones tras sus palabras.

—¿No le estabas llevando el agua a Chenle?

El pelinaranja lo entendió como lo que era, una invitación para que se largase.

Rodó los ojos.

—De todos modos no pensaba quedarme con ustedes, ya tengo sueño también. Iré a la cama.

Escuchando el cerrar de la puerta de vidrio, miro al chico de nuevo. Donghyuck seguía con la vista en sus zapatos, lucia muy apenado.

—Sabes, no tengo problema en decir que es mi medio hermano—Hyuck alzó la vista—Pero supongo que a Jisung no le gusta oírlo. Siempre he creído que yo tengo la edad pero él la madurez, sin embargo; hay veces que creo que en realidad ninguno la tiene aún... sé que intenta protegerme, más debería ser yo quien lo hiciera—jugueteo con sus dedos, aún tenía su atención—Al principio, cuando nuestros padres se casaron las cosas no eran para nada lo que es ahora, los abuelos de Jisung no nos aceptaban a mi y mi madre. Quizás una mujer que fue abandonada por su esposo cuando tenía un bebé de dos años no sonaba a una buena candidata para su hijo—la caliente mano de Donghyuck se aferró a su muñeca, le sonrió y continuó—Es por esa razón que muchas veces no fui tratado de la mejor manera por su familia... y también el porqué a Jisung no le gusta decir que somos medio hermanos, no le gusta hacerme a un lado.

Lo que había comenzado como un fuerte apretón en su muñeca, terminó en un dramático abrazo que lo había dejado sin aliento.

Donghyuck comprimía cualquier espacio que hubiera entre ambos, permitiendo al canadiense corresponderlo a su torpe manera algo confundido.

Su pecho ya no era el repetitivo despertador de una mañana, era sólo paz y sosiego.

—Tonto... no tenias porque contarme todo eso.

Estaba llorando.

—Y tú no tenías porque llorar... tonto.

La risa se escuchó entre el llanto.

—¿Cómo quieres que no lo haga si me hablas tan sinceramente? Yo no soy de piedra, Makku.

Makku... lindo.

—Se suponía que mi relato te haría sentir mejor, creo que no funcionó.

Los brazos del menor rodeándolo le permitían sentir su olor con facilidad, cítricos, tal como esa mañana cuando llegó a la casa. Hipnótico.

—Mark...

—¿Si?

—Prometo que no le diré a nadie.

Su átona voz sobre su oído le causó cosquillas.

—Está bien, igual no es un secreto.

—No me importa, no lo diré jamás, ah, y también prometo nunca más decir que son medio hermanos. Lo siento.

Su mano viajó por reflejo a su cabeza, acariciando los cabellos de la parte baja de Donghyuck.

—Gracias.

Los segundos, minutos pasaron, pero ninguno fue suficiente para despegarlos. Esa noche ambos cayeron dormidos en uno de los acolchados brazos del sofá.

No se necesito de ninguna manta, con su calor corporal era más que suficiente.

4/4

Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora