Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»

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Sábado, diciembre 16.

—¿Cómo van esas tutorías, Jisung?—el padre de la familia cuestionó.

—Han sido de mucha ayuda, señor Lee, gracias por preguntar. Donghyuck es un buen tutor.

Inflando un poco su pecho el nombrado sonrió. Dar clases era un pasatiempo que poco a poco disfrutaba más, quizás por lo interesante y admirable que lo hacía sentir.

—Lo cierto es que Jisung entiende rápido, así que no es muy complicado explicarle—admitió—Yo creo que dentro de poco no me necesitarás.

El rostro del menor se iluminó con gran ilusión, puesto que sus tutorías habían durado poco más de un mes, menos de lo que esperó.

Sin embargo, el sentimiento no era mutuo para el pálido chico a su lado, Mark. El fin de las clases de su hermano significaba también el poder compartir menos tiempo con Hyuck, dado que esas clases sí fueron una extensión de ayuda para que su amistad surgiera de una manera "natural" y parcialmente veloz.

—Me alegro mucho por ti, Jisung—dijo entre dientes, picando su filet de manera nada amable.

Su vista sin ningún rumbo se vio afectada por la sonrisa traviesa de Yeji frente a él, luciendo cómo si pudiese entender casi a la perfección su berrinche. Cohibido, movió de manera aletargada su atención, para dejar de sentirse expuesto ante la chica.

—Tía, tía. Cuéntale a Donghyuck sobre la sorpresa—insistió con gran emoción Yeji, recordando oportunamente la llamada de esa misma mañana.

La señora a su lado sostuvo la delicada mano de la joven, asintiendo en el proceso.

—La familia de mi hermana vendrá la semana que viene- —la mujer calló cuando el suspiro ahogado del moreno se escuchó por la mesa.

—¡Te lo dije, Mark! Oh, qué emoción, haré espacio en mi alcoba para mis primos.

El moreno no era el único contento con la noticia, Yeji también lucia como si su sonrisa fuese a doler en cualquier momento de lo esbozada que se encontraba.

—Estaba pensando en hacer una linda cena navideña e invitar algunos amigos también.

Sin pensarlo dos veces, Hyuck sacudió la mano de Jisung a su lado—¿Mamá pueden venir? Me gustaría que conocieran a los primos. Les caerán muy bien—explicó esto último a los dos hermanos.

Mark estaba más que dispuesto a aceptar, esa era otra oportunidad para estar junto al chico que hacía latir con frenesí su corazón. Y entonces, Jisung negó.

—No creo que podamos, en navidad siempre vamos a la casa de los abuelos.

La emoción del canadiense se desmoronó. Era cierto, había olvidado por un segundo su propia cena navideña.

—Oh, que pena—dijo el señor Lee—De todas maneras también haremos una por Año Nuevo, y no lo olviden, siempre son bienvenidos.

Sus palabras hicieron a su decepcionado corazón revivir de entusiasmo buscando al chico más lindo de la habitación con la mirada, ambos se sonrieron de manera cómplice y regresaron a sus comidas.

—Les diremos a nuestros padres, muchas gracias por la invitación señores Lee.

Jisung regresó con sencillez a su filet, seguramente pensando en que darle a la abuela de regalo. Él por otra parte, seguía ideando la manera correcta en que sus padres accedieran a dejarlos ir a la fiesta, claramente no a la navideña, esa sería un rotundo no, y por esa razón no lo intentaría. Pero, la de Año Nuevo se veía prometedora, y seguramente para esas fechas ya habrían vuelto a su casa.

Nuevo plan: ASS. Asistir Sí o Sí.

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