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Lunes, enero 01.

Lamidas, muchas muchas lamidas. Demonios por qué tanta saliva, no era un helado.

—¡No, detente!—gritó el canadiense.

No obstante, los lengüetazos no cesaron, para este punto su rostro entero se encontraba húmedo, ¿pero qué podía hacer él si su cuerpo se sentía como gelatina aguada? Sin la más mínima fuerza como para apartarlo.

—Ya, Ruby, alto—regaño el moreno al pobre cachorro entre sus piernas.

La apartó del rostro de Mark y procedió a abrazarla fuertemente mientras la perrita se quejaba con constantes gruñidos. Mark sabía muy bien que eso no acabaría bien, que la perra lo mordería y Hyuck  terminaría llorando, pero no se sentía con el valor suficiente como para mover su cabeza del regazo del menor, menos cuando los dedos de Donghyuck estaban enredados entre sus cabellos haciéndole cosquillas.

Ladró, tal como predijo.

Y entonces el Hyuck ebrio salió a relucir maldiciendo al can—Ay sí, ya mejor vete, no quería estar contigo ¿o por qué crees que tengo un conejo? Absolutamente no es porque no me dejen tener perros, es porque no me gustan oíste.

—Ya se fue con Taeyong, no te está prestando atención.

Frunciendo su ceño y cruzando sus brazos Donghyuck miró demandante al contrario, andaba de mal humor, eso seguro, y también; muy ebrio.

—¿Bueno y tú por qué te metes? Si estás de su lado dímelo.

Mark sin poder retener más su risa, cubrió su rostro. Sólo podía notar los ojos caídos del moreno con ese acento característico que se volvía más marcado en ese estado de borrachees. Por su parte Hyuck lucia algo ofendido, no entendía porque de repente el mayor comenzó a burlarse de él.

—Mark estás borracho ¿verdad? Porque siento que en cualquier momento te mearas en los pantalones de tanto reír.

¿Sería el enamoramiento que le tenia lo que le hacía reír tanto o en serio se había pasado de copas? Quería creer que se trataba de su crush provocando risas incontrolables en él, pero mientras más se balanceaba más borroso lo veía.

—Creo que quiero vomitar.

—No, en mi no traje por favor, lo alquile hoy, mi mami me regañara si algo le pasa.

Mark rodó los ojos.

—Descuida creo que no era nada pero necesito un vaso de agua.

—Pero, pero aún nos queda la mitad de la botella ¿no estaría mal dejarla medio vacía? Ya estamos ebrios Mark, acabémosla.

Esa era la peor idea jamás oída.

—Sírveme.

El menor suspiró negando como si fuese un loco, y sin poder dejarlo reaccionar empinó la botella hasta dejarle un cuarto de esta.

—Tú turno. Termínala y después iremos por tu agua.

Mark desde su posición todo lo que podía presenciar era la linda carita de Hyuck con las estrellas de fondo haciéndole iluminación. Una información poco relevante pero lo más bonito que tenía brillando ante sus ojos, brillando como la botella casi vacía que Donghyuck vehemente le entregaba.

Tomó lo que sobraba, sintiendo el ardor en su garganta y estómago una vez la vació.

—¡Sí! De eso hablaba. Ahora puedo presumir que me terminé una botella casi yo solito.

—Yupi, gran logro. Ahora ¿podemos ir por mi agua?

Asintiendo con la poca fuerza que poseía Donghyuck, se levantó. Mark sostuvo su brazo para no caer y juntos caminaron hasta la cocina. El desequilibrio que tenían era impresionante, tanto que podían jurar que se veían como los típicos borrachos retratados en las películas con actores de bajo presupuesto.

Pero eso no era nada con lo rápido que Hyuck sentía su cabeza, pasando imágenes borrosas alzar que eran realmente difíciles de entender.

La mayoría de los invitados se encontraban en la sala haciendo karaoke, y la otra parte, como su primo Taeyong y Jisung, se hallaban en el patio platicando de cosas a las que en realidad no le dio la mínima importancia y por ende ahora no sabia. Así que si querían que nadie más notara su obvia borrachees, como sus padres, debían actuar rápido y salir de la cocina.

—Oh mierda, Mark. La hemos cagado. En serio, la cagamos mucho.

El lento cuerpo del mayor se tomó su tiempo en responder pero cuando lo hizo su cara de confusión hablaba por sí mismo.

—Fue tu idea acabar con la bote-

—No me refiero a la botella, ahora tenemos un problema mucho mayor pero creo que no lo has notado aún.

Con su cabeza recostada en el hombro del moreno se puso a meditar la situación. Mierda era como una prueba sorpresa a la que tenía que contestar aunque no entendiera nada.

—¿Te pusiste el traje pero no te bañaste? Porque déjame decirte que entonces tu mamá si se molestará...

El repetitivo movimiento de cabeza de Donghyuck fue suficiente para que se callase.

—No, tampoco es eso. Mark... ¿aún no lo notas? Estamos bajo un muérdago.

Oh.

Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora