012

2.1K 313 43
                                    

Sábado, octubre 15.

Llevaban toda la mañana en la biblioteca y en ningún momento Mark había apartado su vista de Donghyuck a una mesas más lejanas.

A diferencia de todas las veces donde sabía con exactitud dónde se encontraría el moreno, esta vez si lo tomó por sorpresa.

Quizás el destino al fin estaba haciendo su parte del trabajo, en los últimos dos años él había hecho todo. Era justo.

Pero observarlo desde su puesto no estaba siendo tan agradable como siempre. Donghyuck se encontraba estudiando a solas con una castaña muy guapa, su amiga.

—¿Crees que la chica se le vaya a confesar?—preguntó, observándolo.

—¿Yena? No lo creo.

La seguridad con la que su amigo le respondió le dejó una pizca de curiosidad.

—¿Por qué lo dices?

—¿Estas bromeando? Es una cobarde igual que tú, hasta peor me atrevería a decir.

Entonces el canadiense puso sus ojos en él.

—Y-yo no soy un cobarde.

—No me hagas reír, Lee—dijo, con gran parte de su atención aún a los libros frente a él—Lo que quiero decir es que, ¿hace cuanto se conocen ellos dos? ¿desde el maternal quizás?—Mark comenzaba a entender lo que el rubio argumentaba—¿Y le ha dicho algo? Exacto, ni una palabra. Debe tener miedo de que la rechace o algo así.

Analizando aún las palabras de su amigo, los volvió a mirar. Era cierto, quizás la chica era una cobarde igual que él.

Pero quizás, ella si se era merecedora de su amor...

Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora