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Martes, noviembre 1.

—Y un millón setecientos wones—dijo Yeji, contando el dinero reunido entre transferencias, efectivo y punto—Son alrededor de mil quinientos dólares.

Después de que la chica dijera el resultado de ganancias del festival todos hicieron una porra de emoción.

Ellos ya le habían dado su parte de ganancias a la escuela por lo que todo lo que la joven tenía en cuentas era completamente de ellos.

Sabía que ese era un dinero que usarían para su fiesta o viaje de graduación, lo que decidiesen hacer. Aunque para eso aún faltaban muchos meses. Por su parte, Mark estaba contento, pues en su mente aún se seguía repitiendo el halago de Donghyuck y cómo ambos, sin querer, habían coincidido en disfraces, una lástima que no tuviera ninguna foto.

—¿Esto irá a la cuenta de ahorros?—preguntó otra chica, Yuqi, viendo las facturas.

—Exacto. Luego tendremos que organizar más eventos para conseguir más dinero, pero por ahora creo que vamos bastante bien.

Yeji, como la delegada del curso les dio su voto de seguridad a la sección, a lo que todos asintieron felices, ninguno se resistía a la carisma de la chica. Claro, únicamente cuando estaba de buenas, aún Mark no olvidaba como él se tuvo que sacrificar para el evento.

Luego de unos minutos, sonó la campana.

La clase se dispersó y con pesadez guardo sus libretas,  después seguiría con aquel dibujo.

—Mark, iré al baño. Nos vemos en la cafetería—avisó Jungwoo corriendo rápido hasta los tocadores.

Mark rodó los ojos observando a su amigo entre tropezones salir del salón.

Justo cuando tomaría su mochila y saldría, Yeji se interpuso en su camino.

—Mark—llamó la chica, gentilmente— Yo... eh, quería agradecerte... verás, sé que suelo ser un poco molesta y por eso nadie quería estar conmigo en el puesto de comida...—dijo, llevando su vista a una esquina del salón a la vez que fruncía el ceño—Sin embargo, cuando te elegí aceptaste y no hiciste mala cara.

Automáticamente Mark soltó una pequeña carcajada. Yeji por primera vez se estaba viendo apenada, algo extraño viniendo de la chica que por lo general era decidida y desvergonzada.

—No importaba, igual me ibas a obligar a estar contigo.

La joven lo quemó con la mirada y soltó un suspiro con falsa molestia.

—Ja, ja. Muy gracioso—hizo un mohín con los labios y golpeó su hombro con poca fuerza—Lo digo en serio, gracias.

—Auch, qué salvaje—acarició la zona lastimada y le sacó la lengua.

Yeji rio nuevamente.

—Oye Mark, tú que sabes mucho de fotografía-

—¡¿Cómo sabes que yo sé?!

Los ojos de la castaña se abrieron de par en par por el elevado tono del canadiense. No era esa una reacción que esperase.

—Siempre andas con una cámara por todos lados.

Mark soltó el aire aliviado.

—Claro era por eso... obvio.

—Eres extraño, Mark—lo miro unos segundos con el ceño fruncido y tomó su teléfono—Como sea, ¿qué opinas de esta foto?

El celular de la joven se interpuso rápidamente en su visión. Mostrando imágenes de la noche anterior al azar.

Sus ojos vagaron observándolas sin ningún interés especial, hasta que notó algo que sin duda captó su total atención.

—¿Cuándo tomaste estas foto?—agarro el móvil e hizo zoom en sí mismo.

—Oh, ayer en el carrito. Las pienso publicar en la página de la escuela, ¿te gustan?

Mark seguía viendo la fotografía con mucha ilusión.

La chica había logrado capturar el momento justo cuando el moreno conversaba con él la noche pasada. No era una foto muy nítida ni menos muy cerca de ellos, no obstante, era su primera foto juntos y ese simple hecho la hacía estupenda.

—Me encanta.

Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora