Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»

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Domingo, noviembre 6.

El día anterior, Mark huyo.

Se suponía que ese sábado Donghyuck tendría su primera clase con Jisung en su casa, por lo que él, en su intento por no cruzarcelo, pasó el resto de su tarde en casa de Jungwoo. Grave error.

El moreno no se había podido presentar ese sábado para su primera clase de matemáticas con Jisung, luego de que el auto de su padre se accidentará en el camino. Así que su huida había sido en vano.

Ahora su clase había sido pospuesta para ese mismo domingo en la tarde y no había manera que escapase de nuevo. Ahora que sus padres estarían en casa, seguro querrían que los ayudara con el almuerzo o alguna otra cosa que lo mantuviese en casa. Estaba condenado, tendría que verlo.

Y no es que no disfrutara observarlo, él era capaz su mayor acosador, era ridículo. Pero sabía muy bien que si lo volvía a ver, su esfuerzo de un día y medio se iría a la basura.

Debía ser fuerte. Tal como Jungwoo le dijo, tener un buen autocontrol.

—¿No piensas bajar, Mark?—llamó su madre desde la sala.

Estaba seguro que dentro de muy poco el moreno vendría, tenía una mezcla de nervios y emoción retenida en sí que no le permitían salir de su habitación.

Pero no había nada que pudiese hacer, su madre quería que le ayudara con el jardín mientras su padre hacia el almuerzo. Prefería mil veces ayudar con la comida que estar con las larvas y tierra, pero sus padres no opinaban igual, según ellos la cocina no era lo suyo.

Con sus botas de hule y ese feo overall verde, bajó.

—¿Cómo pretendes que haga esto?—dijo, con su voz más aguda de lo normal debido al dramatismo—¿Acaso no ves lo que me obligas a usar?

Su madre lo escaneo unos segundos, con su mano en su mentón antes de reír.

—Es cierto, te falta el sombrerito de paja.

Sacándolo de su espalda se lo colocó, enternecida totalmente por la adorabilidad que transmitía su hijo.

Jisung que iba pasando soltó una carcajada al observarlo y sin replantearlo dos veces sacó su teléfono para capturar el momento de humillación de su hermano.

—¿No te dijeron que Halloween ya pasó?—dijo el menor, a la vez que volvía a reír al mirar la fotografía.

Rodando los ojos, Mark lo ignoro.

—Muy gracioso.

Su madre quien observaba la escena como tercera espectadora, le quitó el teléfono a su hijo menor.

Hasta que me hace justicia. Pensó Mark.

—Jisung, ¿cómo me pasó esta foto?

Debe ser el colmo.

—De acuerdo, yo no entiendo a esta familia—expulsó, exageradamente.

Jisung volvió a reír, pero todo fue interrumpido cuando el timbre sonó.

Donghyuck.

Demonios, el chico de sus sueños que intentaba olvidar lo vería en un vergonzoso overall verde color moco.

¿Por qué simplemente Dios no acababa con su sufrimiento de una vez?

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