Miércoles, noviembre 22.
La mano del joven tomaba con firmeza el delicado mentón de su Hyuck, su corazón dolía como el demonio, su pecho entero ardía en llamas.
Con esfuerzo desvió su mirada a alguna parte del gran patio, si pasaría lo que pensaba iban a hacer no quería tener que verlo.
—¡Mi ojo, mi ojo! ¡Apúrate, Renjun!
Eso llamó su atención sin duda.
—No te muevas, llorón—respondió el más bajo—Vamos, abre bien el ojo.
Su cabeza ladeó, mirando atentamente cómo el moreno comenzaba a exageradamente mover las manos de un lado a otro, mientras Renjun, como lo llamo Hyuck, soplaba directo a su párpado.
—¿Qué ocurre allí?—preguntó el cumpleañero.
De inmediato Donghyuck volteó con una de sus manos tapando su ojo izquierdo.
—¿Mark?—sonrió—¿Cuándo llegaste?
Sin esperar respuesta alguna, avanzó casi corriendo hasta los sillones del jardín, dónde ellos se hallaban. Verlo correr directo a él no podía sentirse más irreal, casi creyó que todo se trataba de su imaginación; Hyuck corriendo entre las flores y una de sus hermosas sonrisas siendo la atracción principal, esa que hacía a su tonto corazón emocionarse con sólo verla.
Quería reprimir la sonrisa que sentía al tenerlo yendo hacia él, pero parecía casi imposible si se trataba del menor porque esta salía casi inconsciente, tanto como sus mejillas tornándose carmesí en ese instante.
—Tú... eh...
Le sonrió. Listo, no podía seguir hablando.
—Me alegra que vinieras.
El fuerte suspiro que sonó a su lado lo hizo despabilar.
—Sabes, yo también estoy aquí—Jungwoo miro al moreno sonriéndole con pena—Agh, iré por algo de beber.
El hombro de su mejor amigo dejó frío el suyo cuando se fue llevando su corazón al límite al notar que ahora estaba solo. Solo frente a su crush.
Mierda.
—... ¿Te duele el ojo?
La mano del joven seguía cubriendo su párpado, haciendo una pequeña presión para que así no doliese.
—Oh, sí—volteó, mirando a los demás sentados bajo un árbol charlando—El idiota de Renjun sacudió sus manos llenas de tierra y de alguna manera cayó un poco de ella en mi ojo.
Así que era eso y Donghyuck no gustaba de ese chico, qué... desafortunado.
Otra sonrisa inconsciente salió, contagiando al moreno aunque este no entendía porqué.
—¿Te duele? ¿quieres... que te ayude?
La respuesta lo andaba matando, ni él sabía que estaba haciendo.
—Oh... claro.
Hyuck flexionó las rodillas, acercándose unos cuantos pasos al canadiense. Las manos de Mark eran ahora un manojo de nervios, temblando y comenzando a sudar. Pasó estas por sus pantalones intentando quitar un poco de sudor con eso, Donghyuck cerró uno de sus ojos.
La cercanía no era una broma, el golpe por la respiración del menor podía sentirla al instante chocar contra su rostro, haciéndolo sentir más nervioso y también un poco... acalorado.
No pudo evitar que su mirada bajara por reflejo a sus carnosos labios que tantas veces admiro a través de fotos, sin duda ningún zoom podría igual la belleza de estos. Rosas, gordos y probablemente muy suaves.
—¡Mark me duele el ojo, de prisa!
Sobresaltandose sopló con todas sus fuerzas, temeroso de que Donghyuck hubiera notado su mirar.
—¿Ya?—volvió a soplar—¿Y ahora?
—¡Ah, me duele! ¡me duele!
Volvió a soplar.
—¿Qué están haciendo?
Jungwoo observaba la escena sin poder creer lo que veía. Eran unos idiotas.
De su pajilla tomó un poco del agua de su vaso, dejándola caer en el ojo de Donghyuck.
—Wow, mucho mejor.
El rubio ladeó la vista entre ambos, Mark lucia aún tensó y listo para volver a soplar si el chico se lo pedía, mientras el menor aún limpiaba su mejilla por el agua aliviado. Tontos.
—Mejor vayamos donde los demás, creo que por hoy ya hicieron muchas rarezas.
Donghyuck rió.
—Gracias, Jungwoo.
El moreno fue el primero en irse, corriendo de vuelta al círculo donde se hallaban los demás.
—Sabes Mark, si es un buen chico—rió—Y también un poco torpe... creo que se complementan bastante bien.
El canadiense lo encaró con la sonrisa más grande de sorpresa que pudo tener. Que Jungwoo dijese algo positivo del chico que tanto le gustaba era casi un sinónimo de dar su bendición para él, y eso por un momento lo creyó imposible.
—Hyuck es fantástico.
Su mejor amigo miro los ojos soñadores con los que el canadiense hablaba al referirse al chico.
—Sí, Hyuck es fantástico.
Si tan sólo no hubiera salido un corazón roto con esa simple frase...
2/?
ESTÁS LEYENDO
Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»
Hayran KurguSus mejillas eran adorables, sus labios en forma de corazón una locura... y sus hermosos ojitos tenían a Mark cada día más enamorado. Donghyuck era su perfección hecha realidad. *caps cortos*