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Octubre, octubre 31.

Donghyuck traía un tierno disfraz de rollito california.

Pero no uno tonto y sin gracia, era uno adorable que simplemente enternecía su corazón. El chico bajo del auto y rápidamente una castaña lo interceptó, haciéndolo a él retroceder en efecto por su intromisión.

—Hey, Donghyuck—llamó Yena—Al fin llegas, ven. Mi hermano estará en el puesto de hot dogs, tomemos unos cuantos.

Y como si dos niños pequeños fuesen, corrieron entre la multitud.

Mark soltó el aire que inconscientemente estaba reteniendo y con pesadez se devolvió a su carrito. Él hubiese querido tener otra charla con el moreno y tal vez, ponerle fecha a su propuesta de la vez pasada, pero ahora parecía difícil que eso sucediese, todo era culpa de la chica Yena, si tan sólo no lo hubiera llamado...

Sin darle más vueltas al tema, regreso a su puesto junto a Yeji, de todas maneras estaba acostumbrado a únicamente verlo desde lejos, era un tonto si pensaba que las cosas ahora serian diferentes, puesto que en realidad sólo había sido una pequeña platica de menos de cinco minutos.

Apenas eran las cuatro de la tarde, por lo que los puestos recién estaban abriendo. Estaban a buen tiempo, si todo salía bien venderían bastante. Luego de que junto a Yeji y su tío arreglaran todas las bandejas y prepararan los últimos detalles, se sentaron a esperar.

Mark deseaba ir a visitar el puesto de Jungwoo, pues desde que había llegado no había podido verlo y lo cierto era que empezaba a sentir curiosidad por su disfraz.

—Oye Yeji, iré un minuto a verificar el puesto de Jungwoo. Ya vuelvo—avisó.

Sin esperar por la respuesta  de la joven, Mark ya se encontraba bastante lejos corriendo hasta la zona donde su amigo se hallaba.

Una vez lo diviso soltó una carcajada, Jungwoo se encontraba en el carro de churros junto a su compañero de puesto Yukhei, pero lo gracioso no era el puesto, ni que Jungwoo estuviese estresado por cómo encender la hornilla, no. Lo gracioso era el disfraz de su mejor amigo.

—Debes estar jodiéndome—dijo Mark una vez llegó—De gladiador ¿en serio?

Con su atención puesta en la cocina, Jungwoo asintió.

—Por supuesto que sí. ¿Por qué? ¿te gusta mi falda?—preguntó burlesco, moviendo sus caderas para hacer en efecto a esta menearse con el viento.

Mark miro las piernas de su amigo y negó aún entre risas.

—No, gracias. Paso.

Jungwoo lo miro mal y le saco la lengua.

—Te lo pierdes, Lee.

Mark llevó su mano a su boca, reprimiendo más las risas de esa manera y fallando en el intento, a lo que el compañero de su amigo, Yukhei, se unió de forma estrepitosa.

—¿Me da dos churros por favor?—pidió una voz aguda que Mark conocía muy bien.

De inmediato volteó encontrándose a Donghyuck con los billetes en mano, y podría jurar que los cachetitos del menor estaban más ruborizados de lo normal y que sus ojos tenían un destello de brillo que le daban una imagen más inocente.

No sabía cómo pero en un segundo ya estaba perdido en él como de costumbre.

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Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora