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Sábado 13 de marzo.

Otro fin de semana, otro día de tutorías para Lee Donghyuck. Acostumbrado a que sus fines de semana se basarán en clases aún cuando se supone no debería tener, no obstante, estaba recibiendo pago por ellas así que no se podía quejar.

—¿Tienes otra calculadora? Olvidé la mía en casa—notificó el moreno al no encontrarla en su mochila.

Jisung, que estaba concentrado en el ejercicio negó. Pero pronto recordó quien podría tener.

—Mark tiene, ve a su habitación—respondió sin poner mucha atención.

Donghyuck obedeció, saliendo al pasillo y tomándose el atrevimiento de tocar la puerta del canadiense. Nada. Quizás no estaba en casa.

Suponiendo que no habría problema si entrara sin supervisión, Donghyuck abrió aquella puerta. Sintiéndose curioso por la habitación del mayor. Nunca antes había estado allí.

O eso creyó. Pues con solo entrar, miles de fotografías y recortes de su rostro le dieron la bienvenida. Donghyuck encajo la ceja, pasando su vista por todas y cada una, con su corazón latiendo más y más deprisa. Tragó saliva y detalló la fecha que las adornaban en una esquina. Hace 3 meses, un año, dos.

Qué diablos.

—Donghyuck, espera...—Jisung entró palideciendo—...Se supone que no deberías estar aquí.

Jisung llevó sus manos a su cabeza.

—¿Qué demonios es esto, Jisung? ¿Por qué hay un especié de mural con mi cara en la habitación de Mark?

Donghyuck arrancó una de las fotos en los entrenamientos, en la cafetería, en el bus, dormido en la biblioteca. Eran cientos, en todos lados, en todas partes. Donghyuck comenzaba a sentir ganas de vomitar.

—Yo... no lo sé, de verdad no lo sé—Jisung mordió su labio—No suelo entrar aquí, nadie.

Pero Jisung lo suponía, sabía que su hermano podría ser la persona más obsesiva en la faz de la tierra.

—Mark... ¿me ha estado siguiendo los últimos años?

El menor apretó los dientes en esa expresión incómoda sin saber que responder, no podía confirmarlo pero dado el panorama mucho menos negarlo.

Donghyuck miraba el suelo, asqueado e impactado. Se sentía, ¿traicionado? Por Jisung, por todos. Mark lo había engañado, desde el principio.

—Sé que esto luce mal... pero te aseguro que Mark no es un mal chico, quizás se dejó llevar un poco pero-

Donghyuck negó.

—Yo... me tengo que ir.

Salió corriendo de la habitación, bajando las escaleras tan rápido como sus pies se lo permitían hasta chocar con el responsable de su confusión en la entrada.

Mark le sonrió entonces, haciendo a Donghyuck palidecer y fruncir el ceño en decepción.

—No quiero volver a saber de ti.

El canadiense alzó las cejas sorprendido mientras veía a Donghyuck salir. Jisung suspiró y se acercó hasta su hermano que seguía sin entender lo que ocurría.

—Donghyuck sabe todo.

Donghyuck's Stalker «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora