Pyper
Leo una y otra vez el párrafo del libro que tengo en mis manos, he tratado de concentrarme en comprender lo que dice pero extrañamente desde que vi al señor peligro en la cafetería prácticamente tragándose a la castaña que sostenía sobre sus piernas la misma que bajo de su moto el primer día que lo vi no he podido sacarlo de mi mente y no precisamente por el beso que daba sin ningún tipo de miramientos sino por la ojeada y sonrisa lobuna que me dedico un vez abandono los labios de aquella chica y clavo sus oscuros en mí.
De hecho, luego de clases fui a practicar un poco al auditorio para liberarme de los pensamientos para nada correctos que me azotaban, como el hecho de imaginar que era yo a quien besaba el moreno, introduciendo su lengua en mi garganta hasta el fondo de manera que no pudiera respirar y sobre todo sacar de mi sistema esa sensación incómoda entre mis piernas al sonreírme de esa manera.
No soy tonta sé que aquel hombre llama mi atención como nunca lo había hecho otro, la humedad en mis bragas me lo hizo saber.
Suelto un suspiro lleno de frustración por que no conozco al susodicho ni siquiera su nombre para que con solo una mirada me haga sentir jodidamente caliente, no sé si es su porte de chico malo o aquellos carteles de peligro a su alrededor los que me seducen como si de una polilla se tratase dirigiéndose a la luz donde una muerte rápida le espera.
—Deberíamos salir esta noche—la voz de Frances me hace apartar la vista de las hojas.
—¿Salir adónde?
—Pues no a una fiesta como tal, pero en vista que no quisiste ir anoche a la de bienvenida de inicio de curso, creo que tal vez una carrera si te cautive.
—¿Una carrera? —me intereso, cierro el libro no si antes dejar el marca página justo donde deje la lectura.
Una sonrisa traviesa se adueña de los labios de mi nueva amiga al ver que le presto total atención.
—Si—asiente con su cabeza— a media hora de la facultad hay unas calderas vacías, el lugar es lo suficientemente grande para que se lleven a cabo carreras clandestinas, hay buena música, bebidas y sobre todo chicos buenorros para alegrar la vista.
—Pero tú tienes novio—señalo en base a lo último que menciona.
—Claro que sí, pero no soy ciega, además no le veo nada de malo entretener un poco la vista, sobre todo la tuya Py.
—Mmm, no lo sé, no creo que sea buena idea—le hago saber a Fran.
—Pues claro que no lo es, pero un poco de adrenalina no hace daño—dice mordiendo su labio inferior—vamos Py di que sí no me puedes dejar sola en esto, además siempre estoy rodeada de los amigos de Jake y por ende del grupito de víboras de la novia de Brais.
—Te refieres al moreno del que me advertiste no acercarme—indago.
—Exactamente el maldito será todo un hijo de puta, polla alegre, pero eso no le resta que es el mejor corredor y actual campeón de las carreras.
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La Chica De Las Zapatillas Rosas
RomancePyper inicia una nueva vida, luego del fallecimiento de su padre, cumpliendo con aquella promesa de convertirse en la mejor bailarina de danza y ballet de su promoción. Lo que ella no tenia idea era del torbellino de emociones que le esperaba en su...