Ya en la secundaria, estábamos en la hora de almuerzo.
Intenté buscar a Nate d nuevo para hablar con él, pero fue otro día fallido.
Lástima que no puedo encontrarlo aún, no sé dónde se esconde la secundaria no es tan grande.
Volví a la cafetería.
Patrick estaba ahí, quería acercarse para hablar conmigo, pero Clyre tomó mi brazo para buscar donde sentarnos.
-¿Por qué te pierdes a esta hora? - preguntó confundida.
-Solo estoy por ahí aclarando mi mente - mentí encogiéndome de hombros.
Ella me mira con los ojos entrecerrados y se mete una cucharada de puré a la boca.
-¿Qué? - fruncí el ceño.
-A mi no me engañas, pero sé que me dirás después entonces no preguntaré más - se encogió de hombros - ¿No comerás nada?, Ten un pastelito.
-La verdad no tengo hambre - me encojo de hombros -Pero gracias, guardaré el pastelito para más tarde.
Ella asiente y continua comiendo.
-Chicas.... - nos saluda Aron sentándose de la nada con Xander en la mesa.
Nos sobresaltamos por el repentino reencuentro.
Xander aún tenía su ojo morado.
Miré detrás de él y Oliver tenía una bandita en la naríz, además de un moretón en la mejilla.
Estuvo fuerte esa pelea, no sabía que Xander llegaría a eso.
-Oh, que inesperada sorpresa - sonrió Clyre al ver a Aron.
Aron ríe leve.
-¿Qué hacen aquí?- pregunté confundida -Nunca se han sentado con nosotras.
-Pues desde fiesta nadie quería...- comenzó a explicarnos Aron.
Xander lo interrumpió aclarándose la garganta.
-Lo que Aron quiere decir, es que ustedes siempre están solas y queríamos hacerles compañía - nos explicó Xander.
Empezó a comer.
Claro, porque ahora todos les dieron la espalda.
Aron se encogió de hombros y comenzó a hablar con Clyre.
No tenía nada interesante que decir así que me quedé observando mi teléfono. Busqué el perfil de Nate, pero no había nada.
-¿Por qué no comes? - me preguntó Xander.
Lo miré.
-No tengo hambre - me encojo de hombros y vuelvo la vista a mi teléfono.
-Hoy salimos tarde, ten - me regaló su muffin de chocolate.-Gracias...- dije algo confundida - Pero en serio no tengo hambre.
-Tu te pierdes de este, delicioso e increíble muffin - se encogió de hombros.
Reí leve.
-Necesito un favor - me susurró.
-¿Ahora me pides favores?
-Es uno pequeño - hace un gesto con sus dedos casi juntando el índice con su pulgar.
Suspiré.
«Se lo debes por ayudarte en Montreal»
¿Por qué siempre por agradecimiento o culpa tengo este sentimiento de querer ayudar cuando no me corresponde?
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Sólo un juego#1©
Teen FictionArik y Alexander, son adolescentes cuya única cosa en común son sus experiencias poco convencionales en el amor. Un día deciden dejar sus diferencias de lado, y empezar una relación falsa, donde ambos estarán beneficiados, pero también sus propios s...