Capítulo 23

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Estos últimos tres días han sido algo incómodos después de que intenté besar a Xander.

No mencionó nada, así que supongo que no se dio cuenta, espero que así sea.

Hoy estamos a mitad de semana y tengo las mismas ganas de que ya sea fin de semana de nuevo para no tener sentirme así.

Tucker, Clyre y yo estábamos caminando por el pasillo hablando de nuestras calificaciones por los exámenes.

—Son los primeros exámenes del año y fuimos un asco — comentó Clyre — Imagínate los del resto del año.

—No deberías ser tan pesimista, yo apenas pasé — Tucker niega con la cabeza mirando su examen.

—Pero tú tienes tus prácticas de hockey, yo no supe que responder cuando leí la primera pregunta — se quejó ella— ¿A ti cómo te fue Arik?

Había reprobado el examen.

—Ah, si apenas pasé también…— mentí apartando la vista del examen.

Clyre me quitó mi examen de las manos. Miró la calificación, luego a mi.

—Lo sabía, por eso estabas tan callada…

—No es por eso — murmuré.

— En los exámenes siguientes lo haremos mejor, no tienes que estar así — intentó animarme Tucker.

Asentí con una leve sonrisa mirándolos.

—Deberíamos hacer un grupo de estudio o algo así, al menos para los exámenes siguien…

No terminé la frase porque de la nada sentí un fuerte empujón en el hombro que me hizo dejar caer la mayoría de papeles que tenía en la mano.

No sabía si había sido mi culpa.

—Lo siento — le dije a la persona antes de ver quién había sido.

Levanté la mirada y Patrick estaba frente a mi.

Él fue quien me empujó.

—Definitivamente eres un estorbo — se quejó Patrick.

Volteé los ojos.

Que inmaduro.

No dije nada para no hacer problemas.

Me agaché y comencé a recoger mis cosas con ayuda de Clyre.

—Oye, tu eres el estorbo idiota, ¿Por qué no te fijas? — me defendió Tucker con seriedad.

—Yo estaba pasando, ella es quién estorba…— respondió Patrick.

—Está bien, no tienes que discutir con él — le dije a Tucker — ¿Nos vamos? — le pregunté después de recoger mi cosas.

Patrick solo se fue con esa sonrisa estúpida de estar ganando este jueguito, el de hacerme la vida imposible.

—Gracias chicos — les dije y continué caminando.

—Es que no deberías dejar que te trate así — Clyre se cruzó de brazos — Es un patán en potencia y tu no le dices nada.

—Es que no quiero problemas — me encogí de hombros.

Tucker niega con la cabeza.

—Va a llegar lejos si no tiene un alto — opinó Tucker —Bien, las veo más tarde chicas — se despidió, y entró a la cafetería primero.

Nos despedimos.

Apenas Tucker desaparece Clyre me detiene y se coloca frente a mi.

—¿Ya me dirás qué sucede? — se cruzó de brazos.

—No es nada Cly, sólo estoy pensando en tonterías — niego con la cabeza.

No podía decirle sobre lo que sucedió con Xander, descubriría todo.

Clyre sigue con expresión seria y cruzada de brazos.

—¿Vamos a la cancha de fútbol? — cambié de tema.

—¿No vas a esperar a Alex? — frunció el ceño.

Y estar otra hora incómoda no gracias.

—Él entenderá, vamos — comencé a caminar.

—Ari, espera — me detuvo.—Es que… quedé en almorzar con alguien y pues sé que debí decirte antes — me explicó.

—Cly, tranquila, no me molesta — sonreí leve — Ve a la cafetería, yo iré a la cancha, nos vemos a la salida, ¿Sí?

—De acuerdo…pero tienes que contarme que te pasa luego, en serio necesitamos hablar — me dijo.

Asentí.

—Bien, nos vemos a la salida, bye — se despidió.

Se aleja hacia la cafetería.

Salí de la secundaria caminando hasta la cancha de fútbol.

Cuando levanté la mirada vi a Nate sentado en las gradas.

Sonreí al verlo.

No dude en acercarme.

—¿Dónde has estado?, He intentado hablarte toda la semana…

Él se sorprendió al escucharme. Luego apartó la mirada recogiendo sus papeles.

—Y-ya me voy, no quiero molestar…— se levantó con motivo de irse.

—Nate, espera — lo detuve dejando una mano en su hombro — En serio necesito hablar contigo.

—Mira, sé que no debí entrometerme, pero no es justo lo que estaba haciendo él y si estás molesta está bien entiendo…

Fruncí el ceño.

—No estoy molesta, pensé que tú estabas molesto…

—No, ¿Por qué lo estaría? — me miró.

—Lo mismo digo yo…— bajé mi mano de su hombro —Quiero agradecer lo que hiciste, la verdad me impresionó que hicieras eso.

—En realidad no quería que vieras esa parte violenta de mi — bajó la mirada — Entiendo si ya no quieres ser mi amiga.

A veces no entiendo porque dice eso.

—Nate, vamos a sentarnos y hablar, ¿Ok? — le pedí.

Después de unos segundos él dejó salir un suspiro de tristeza asintiendo.

Se sentó en una de la agradas. Me senté junto a él.

—¿Por qué creíste que iba a alejarme de ti por defenderme? — le pregunté.

—Porque eso siempre pasa. Siempre termina así.

—¿Te dejan porque los defiendes?

Él niega con la cabeza.
Comenzó a tronar sus dedos mirando hacia abajo.

Hace lo mismo que yo cuando estoy nerviosa.

—No soy normal, mi mente…no funciona bien — comenzó a decir.

—Como la de todos — lo miré —¿Cuál es el problema?

—Estoy preocupado — confesó.

—¿Por qué?

—Lo mismo me pasa cuando conozco a alguien, termino arruinándolo todo. Me encariño y todo está bien, hasta que conocen la otra versión de mi — continuó.—Un día llegaré a frustrarme y te gritaré de la nada por algo insignificante que no podré superar, y luego te alejarás, ya no querrás ser mi amiga, eso me pondrá triste. Entonces es mejor si no eres real.

Mientras lo escucho me entristece saber por lo que ha pasado para que piense así.
Puedo imaginar lo difícil que es para él.

—Pero Nate, yo soy real. Eres más fuerte que eso y sé que me conoces muy poco, pero yo jamás te haría eso — le aseguré dejando mi mano sobre la suya — Jamás.

No puedo hacerle daño a una persona que sé que ha pasado por muchas cosas al igual que yo.

Él me miró con una leve sonrisa.

—¿Entonces no te molesta lo que hice? — me preguntó.

—Bueno, no estoy diciendo que me guste ver qué te golpeen, pero me defendiste, te agradezco eso.

Él asintió.

—Pero no más peleas, ¿Okey? — le pedí.

—De acuerdo, la verdad me he quitado un peso de encima.— ríe leve. — Ahora hablemos de ti, ¿Estás bien después de lo que sucedió?

La verdad no, pero tampoco quiero que se preocupe por eso.

—Sí, ya estoy acostumbrada…— me encogí de hombros.

—No debes. Ni siquiera deberías dejar que se te acerque de nuevo, ese chico es peligroso, lo he visto un par de veces por los pasillos y creo que tiene problemas más serios que nosotros.

—Lo sé, pero tampoco puedo hacer mucho mientras lo vea todos los días — bajé la mirada.

Recuerdo que cuando estábamos juntos al enojarse decía que era mi culpa.

A veces hasta llegaba a creerlo.

Nate niega con la cabeza.

—Lo mejor es que hayan terminado, esas son muchas banderas rojas en una sola persona — me miró.

Asentí.

—No hablemos más de él, ¿Sí? — miré al frente.

Mi expresión cambió cuando noté que sólo unos metros de nosotros estaba Leah, mirándonos.

— Ay, no es cierto — murmuré.

—¿Qué? — preguntó mirando en la misma dirección — ¿Quién es?

—La ex de Xander — respondí.

Él se quedó aún más confundido.

—¿Quién es Xander?

Ah, cierto, nunca los presenté.

—Es mi novio —mentí.

Él se queda en silencio unos segundos.

—Ah, ¿Entonces por eso la chica nos mira? — me preguntó.

—Creo, no lo sé bueno, si llega a molestarte avísame, ¿si? — le pedí.

Seguro lo va a atacar de preguntas cuando lo vea solo.

Nate asintió.

Nos quedamos conversando el resto del almuerzo.

Después de terminar las clases, Clyre, Aron, Xander y yo nos dirigíamos a casa.

Pensé que me preguntaría el porque no fui a la cafetería, pero no lo hizo.

Se quedó hablando con Aron de algunas cosas delante unos pasos delante de nosotras.

Miré a Clyre quién estaba un poco callada.

—No me dijiste como estuvo tu cita en la cafetería — reí leve.

—No fue una cita, aún así nada interesante, sólo lo normal — se encogió de hombros — ¿Y a ti?, ¿Hablaste con Nate?
Asentí.

—Todo arreglado — sonreí.

—Genial.

Como los chicos caminaban rápido dejamos que de adelantaran.

—¿Ya saben que harán en su cumpleaños? — me preguntó Clyre.

Negué con la cabeza.

—Pero es en casi una semana, ¿No harás nada? — frunció el ceño.

—Será nuestro primer cumpleaños sin papá, y bueno no tengo muchos ánimos de celebrarlo la verdad — me encogí de hombros.

Ella hace una leve mueca de tristeza.

—Bien, pero si te vas a quedar en casa sola, podemos planear algo luego— ríe leve y me abraza — Nos vemos mañana.

—Hasta mañana — me despedí.

Los chicos también se despidieron. Caminé junto a ellos hasta llegar a mi casa.

Aron se despidió de Xander y entró a la casa.

Iba a despedirme de él, pero tuve una mejor idea.

—¿Tienes algo que hacer? — le pregunté.

—Además de hacer el montón de tareas que dejaron no, estoy libre — ríe leve.

—Si necesitas ayuda podemos hacer tarea juntos, también ayudo a Aron a hacerlas — me encogí de hombros.

No lo pensó dos segundos.

—De acuerdo — sonrió.

Entramos a la casa y subimos a mi habitación.

Xander comenzó a ver mi habitación, pero se quedó mirando la camisa de Nirvana que tenía doblada sobre la mesa de noche.

Aún no he encontrado quién me la dio, pero tengo sospechas con Nate. Luego lo averiguaré.

—¿Qué tiene esa camiseta para que esté apartada de las demás? — preguntó con curiosidad.

—Ah, porque…me gusta más y ya — mentí — ¿Hacemos la tarea?

Xander asintió.

Me senté en el suelo cerca de la cama y apoyé mi espalda en la base de madera de la misma.

Xander de sentó junto a mi sacando sus apuntes y la tarea.

—Estaba pensando que podíamos volver a hacer las noches de película, ahora que estamos los cuatro podemos ver una por semana — propuso.

La última vez que vimos películas aquí fue hace casi un mes.

—Por mi está bien — me encogí de hombros y saqué mi tarea para empezar a hacerla.

Aún estaba algo incómoda por el fallido intentó del beso, pero estoy intentando afrontar mis problemas como dijo la psiquiatra.

Él actuaba tan tranquilo.

Seguro que ni siquiera se dio cuenta de que quería besarlo.

—¿Qué película te gustaría ver? — me preguntó.

—Depende de lo que quieran ver ustedes, pero me gustan las complicadas, como por ejemplo…— pensé — El efecto mariposa.

Él parece estar sorprendido.

—¿Cuántas veces la has visto para entenderla? — me preguntó.

—Una vez — reí — No me digas que no la entendiste.

—No, es que no me gustó. Evan debió quedarse dónde Kayleigh y él fueran felices, el hermano de ella estaba jodido de todas formas.

—¿Sabes?, Tu falta de razonamiento para entender una buena película me decepciona — negué con la cabeza —Obviamente aceptó su destino sin Kayleigh  para que ella y todos sus amigos fueran felices. Al final él también lo fue.

—Sí, pero quedó solo — se quejó.

—A mi me gustó su decisión — continué haciendo la tarea.

Él levantó las manos dando a entender que se rindió con el argumento. También se concentró en su cuaderno.

Después de unos minutos levanté la mirada para observar a Xander hacer su tarea.
Es interesante ver que hace cuando está concentrado, no lo pude notar mucho en clases porque se cambió, pero ahora si tengo la oportunidad.

Hoy no viene tan peinado como de costumbre…

—¿Qué tengo que miras tanto? — preguntó mirándome.

Rayos.

¿Por qué tiene que atraparme y arruinar el momento?

—Nada, sólo estoy…escaneándote. Si es eso — aparté la mirada.

—¿Escaneándome?

Eso sonó peor.

—Lo hago con muchas personas — le aseguré —Observo, cómo son sus gestos o mañas en tu caso — bromeé.

—Interesante…— me miró con atención —A ver, ¿Cuál es tu resultado?

—Normalmente suelo guardármelo — reí nerviosa.

Seguí escribiendo para no mirarlo.

—Vamos — insistió cerrando su cuaderno— Quiero saber.

Bueno, él lo pidió.

—Okey, seré ruda — cerré el cuaderno.

Lo miré.
— Durante la media hora que estuvimos aquí no podías dejar de jugar con el lápiz en tus manos. No te gusta usar tu teléfono por mucho tiempo, noto que te estresa — suspiré — Ahora, desde que te alejaste, eres mandón, pero, no eres tan arrogante como parecías, lo usas como defensa para que no te hieran.

Me escuchó con tanta atención que con cada cosa que decía él hacía expresión de sorpresa o seria, pero lo último que dice lo hizo pensar.

—Lo último…—comenzó a decir.

—No intentes negarlo — lo interrumpí —Entiendo lo que es dejar salir un aspecto desagradable para no salir herido de cualquier interacción.

Aparté la mirada.

—Bueno, lo que dijiste…la mayoría si era cierto, pero también tengo mis cosas buenas, ¿Verdad?

—Claro, eres inteligente, dedicado, además de algo lindo…

—¿Sólo algo? — preguntó fingiendo estar ofendido —¿Sabes cuántas chicas quieren salir conmigo?

Estoy segura que no tiene más amigas además de Clyre y yo.

—Ja!, Olvídalo, si eres un arrogante — negué con la cabeza — Mejor ya dejemos de hablar, hay que terminar con la tarea.

—Espera, ahora es mi turno, quiero decirte los resultados de mi escaneo — sonrió.

Lo miré algo sorprendida.

¿Eso quiere decir que si me observa?

—Ahora tengo curiosidad — reí.

—Bien, de lo que he notado últimamente es que te tiemblan las manos cuando estás nerviosa, no estás concentrada la mayoría de las veces porque estás estresada todo el tiempo, intentas no hacerlo notar, pero si se te nota un poco — comenzó a decirme.

Asentí a cada cosa que dijo y aparté la mirada.

—Tengo una lista gigante, mejor no sigas porque nos dará toda la noche — reí sin ganas.

—Espera, si falta la mejor parte, a pesar de todo por lo que has pasado quieres ser fuerte, pero ya lo eres solo con intentarlo…

Lo miré.

¿De verdad lo cree?

—Eres muy lista, también demasiado amable, por eso las personas a veces abusan tu confianza, no debes permitirlo, y…—hizo una pausa para mirarme a los ojos — Diablos debo admitirlo, eres muy linda.

Sin apartar la mirada de él, sonreí.

Me sentí halaga al saber que él también pensaba todo eso de mi.

Sentí que mis mejillas tornaron otro color.

—Ahora estás como un tomatito — ríe.

Reí y lo empujé leve.

Tenía que arruinarlo.

—¿Por qué somos así? — lo miré de nuevo.

—¿Cómo?

—Como somos, hacemos bien las cosas al inicio, pero luego lo arruinamos. Es como si no pudiera durar una vez en que tengamos esta tensión… — confesé.

—¿Tensión? — preguntó

Ay no.

¿Hablé de más?

«Si, si lo hiciste»

Mierda, mierda.

—Eh…¿Tensión?, Quise decir presión —mentí riendo nerviosa — La tarea está muy difícil para ser de un día para otro — cambié de tema.

Abrí el cuaderno concentrándome en eso. Dejé mi mano en el rostro para disimular mi expresión avergonzada.

—Arik, te entiendo, no tienes que avergonzarte — tomó mi mano para bajarla y mirarme — ¿En serio sientes que aún hay mucha tensión?

Lo miré rápidamente.

No entiendo nada.

—¿Cómo que aún? — pregunté confundida.

—Es que…también sentía la tensión — confesó.

Me quedé sin palabras un momento.

—A-ahora estoy confundida.

—Sí, yo también lo estaba, pero pensé que con el beso de la otra vez eso cambiaría — me explicó.

No sé si tomarlo como halago o algo así.

—Te funcionó a ti, pero a mí me dejó igual que antes. Es que están pasando demasiadas cosas al mismo tiempo, y la vez que iba a besarte en el auto no te dejaste. Y-y pensé que no querías, y que lo había arruinado. Ahora sales diciéndome esto, no sé que pensar….

Mi frase fue interrumpida por un beso de Xander.

No me di cuenta lo cerca que estaba de mi hasta que me besó.

Al principio estaba en shock.

No sabía exactamente lo que estaba pasando o sintiendo, pero eran muchas cosas a la vez.

Tenía a Xander aquí. Besándome con suavidad.

Me había tomado por sorpresa, pero lo único que podía hacer es disfrutar del momento.

Me acerqué más a él siguiendo el beso. Él dejo su mano entre mi mejilla y cuello, la otra la dejo sosteniendo mi mano. Mi mano libre la dejé en su nuca para seguir el beso.

Segundos después se apartó un poco para mirarme.

—En el auto no quise besarte porque pensé que estaba mal, pero me arrepentí cuando te fuiste…

—Olvidemos eso, ¿Sí? — le pedí.

Xander asintió. Volví a besarlo con suavidad enredando mis manos en su cabello. Él dejó ambas manos en mi cintura para acercarme más, quedando sobre él, hacemos el beso más intenso.

Me estaba gustando muchísimo este día.

Ojalá podamos seguir disfrutando…

—Oigan, ¿Resolvieron el problema tres de matemáticas?

Aron había entrado a mi habitación.

¿Por qué a mí?

Xander y yo nos apartamos rápidamente.

—Definitivamente aquí nadie sabe tocar la puerta — me quejé mirando a Aron.

—Lo siento tortolitos, pero era una emergencia, no sé cómo se hace el problema tres de matemáticas, es el único que me falta — nos miró a los dos, pero luego se cruzó de brazos — No hicieron la tarea por estar de manos calientes, ¿No?

Xander estaba intentando mantener su expresión seria por mi.

Estaba molesta porque habían arruinado mi momento, quien sabe cuándo ocurrirá esto de nuevo.

Volteé los ojos.

—¿Por qué no mejor dejas de entrometerte y sales de mi habitación — señalé afuera.

—Ya, ya los dejo para que hagan sus cosas, sólo no quiero escuchar nada eh — se burló.

Se fue cerrando la puerta.

—A veces en serio me estresa — me quejé.
Xander ríe leve.

—Déjalo, sólo estaba bromeando — se encogió de hombros, luego me sonrió — Creo que deberíamos terminar la tarea.

Asentí.

Le di un beso corto antes de apartar la mirada y abrir el cuaderno de nuevo.

Eso lo hizo reír un poco.

Después de terminar la tarea, y ayudar a Aron con la suya, dejamos las cosas la tarea y bajé con Xander a la sala.

Vimos el “Efecto Mariposa” en el sofá.

Estábamos sentados a muy corta distancia.
Aún seguía un poco pensativa por el beso y la confesión de hace rato.

Me aliviaba saber que no soy la única que sentía la tensión.

Sin saber esto, en este momento estuviese incómoda, como esta mañana, pero al contrario, estoy tranquila.

Al menos por el momento concentrada en esto.

—Aún no me gusta el final, arruinar lo que pudo ser una buena relación así — niega con la cabeza.

—También tenía que pensar en sus amigos, era eso o sufrir de por vida con la conciencia atormentada — me encogí de hombros.

Después de terminar la película Xander mira la hora en su teléfono.

—Mierda, es muy tarde —murmuró y se levantó.

—Pero si apenas son las seis de la noche — fruncí el ceño.

—Sí, lo sé, pero es que tengo un compromiso con mis padres, y es en media hora — se excusó.

—Oh, entiendo — asentí.

Me levanté también para acompañarlo a la puerta.

—Gracias por acompañarme hoy — sonreí.

—Bueno, espero que el beso haya aclarado tu mente — me sonrió — Nos vemos mañana, tomatito.

—Seré sincera, no te salen bien los apodos  — río leve cruzándome de brazos.

—De acuerdo, lo acepto — ríe — Entonces nos vemos, rara —  sonrió.

Ese me gusta más.

—Nos vemos, imbécil — me despedí.

—¿Soy, tu imbécil?

—No empieces a hacer cursi todo, por favor — le pedí — Pero si eres mi imbécil.

Él ríe.

—Bien, ya me voy o nos quedaremos aquí despidiéndonos por horas — ríe de nuevo y se va.

Cerré la puerta.

—Timititi, oh, iris mi imbicil — escuché la voz de Aron repitiendo las palabras que dijimos en tono de burla — Que cursis se han vuelto.

—¿Algún problema? — me crucé de brazos.

—Sí, me va a dar diabetes de tanta miel — se burló.

Reí.

—Al menos tengo pareja — sonreí.

Él me miró con los ojos entre cerrados.

—Buenas noches hermanito — reí y subí a mi habitación.

Para ser sincera no quería que Xander se fuera, pero ya era tarde.

No podía evitar preguntarme si lo que estaba pasando era real.

Después de años de peleas y discusiones continuas, y odio entre nosotros, en tan solo tres días se convirtió charlas y convivencia.

No sé, parece como si hubiese vuelto a ser mi Xander…

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¡Holis gente!

¿Qué tal este capítulo?

Las cosas se pusieron intensas un momento jeje

Gracias por seguir aquí, lo aprecio mucho
<3

Gracias por seguir aquí, lo aprecio mucho<3

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