Capítulo 26

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Llegó el día del partido.

Para el inicio de semana Xander se encontraba un poco mejor, así que asistió con normalidad.

Por suerte estaba pasando más tiempo con él, entonces Patrick había dejado de molestarme por estos días, pero quién sabe cuánto va a durar eso.

Nos habíamos levantado temprano porque nuestra madre nos despertó para felicitarnos por nuestro cumpleaños.

Hoy era miércoles, temprano por la mañana. Aron y yo estábamos sentados en la mesa.

—Aquí está su desayuno de cumpleaños — nos dijo mi mamá emocionada dejando los platos de panqueques sobre la mesa.

Nos dio un beso a cada uno en la mejilla, luego se sentó frente a nosotros.

—Gracias mamá…— reí leve.

—Sí, gracias — le dijo Aron con una leve sonrisa.

Ambos miramos el desayuno un poco tristes. Aún así comenzamos a comer.

—Sé que este año será diferente, pero su padre hubiese querido que lo disfrutarán, ¿Okey? — nos miró sonriendo.

Ambos asentimos devolviéndole la sonrisa.

Después de desayunar con ella, terminamos de alistarnos para ir a la secundaria.

—Que la pasen bien hoy mis niños, no olviden que los amo — se despidió antes de que saliéramos.

La abracé.

—Nos vemos esta noche — sonreí.

Ella asintió.

—Suerte en el juego Aron— les deseó a Aron.

—Gracias — sonrió él.

Ambos comenzamos a caminar hacia la secundaria.

A Xander se le estaba haciendo tarde, entonces no podíamos esperarlo.

Aron y yo estábamos esperando a Clyre fuera de su casa.

Cuándo ella salió corrió hacia nosotros.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS MIS MELLIZOS FAVORITOS! — nos abrazó.

—Gracias Cly — sonreí.

—Cly, son muchos abrazos — le dijo Aron riendo.

Clyre nos soltó para mirarnos.

—Los veo igual de amargados — ríe leve — ¿Y Xander?

—Aquí — habló Xander.

Sonreí al verlo.

—¿Por qué tardaste tanto? — le preguntó Aron.

—Desperté tarde — se encogió de hombros — Feliz cumpleaños a los dos por cierto — nos sonrió.

—Gracias — Aron y yo respondimos al mismo tiempo.

Ellos rieron.

—Bueno, ya debemos irnos o llegaremos tarde —  nos dijo Xander.

Clyre y Aron caminaron adelante para hablar. Me quedé atrás con Xander.

—¿Estás listo para el juego de hoy? — lo miré.

—Sí, y espero que estén allá para apoyarnos.

—Claro que si, no nos lo perderíamos — sonreí.

Él pasó su brazo detrás de mi para dejarlo en mi hombro.

—¿Cómo te sientes hoy?

—Normal, un año más un año menos — me encogí de hombros — No es la gran cosa.

—Vamos, si lo es, deberías estar feliz e intentar disfrutarlo — me sonrió.

—Lo intentaré — asentí.

Unos minutos después llegamos a la secundaria.
Nos quedamos en la entrada un rato para hablar ya que nos sobraban unos minutos para entrar.

Todos los del equipo nos felicitaron y se quedaron hablando con Aron. Clyre se les unió también.

—Tengo un regalo para ti — me dijo Xander sacando una pequeña caja de su mochila.

—¿En serio?, No tenías que hacerlo Xander — sonreí leve.

—Claro que sí, técnicamente eres mi novia, ¿No? — ríe leve y abre la caja.

Era un collar con un dije de mariposa azul.

—No sabía si te gustaban las mariposas, pero lo vi y pensé que se vería lindo en ti…

—Me encanta — sonreí mirando el collar sonrojada, luego a él — Muchas gracias.

Le di un beso rápido.

Saqué el collar de la caja para ponérmelo.

—Déjame ayudarte — me dijo tomando el collar.

Asentí. Él se colocó detrás de mi y me lo puso. Aparté un poco mi cabello sobre mi cuello para cubrir el broche.

Me volteo para mirar a Xander.

—Gracias de nuevo — sonreí.

—No es nada...

La campana de entrada a clases había sonado.
—Bien, entonces nos vemos en el estadio — me sonrió.

—Ahí estaremos — lo abracé.

—Tranquila, ya no hay nadie — ríe leve.

Me aparté rápido.

—Sí, lo siento — reí nerviosa.

Él se alejó entrando con el resto del equipo a sus clases.

Debo controlarme..

No debe saber que he leído la carta.

Mire mi collar nuevo y sonreí.

—Arik, ya debemos entrar— Clyre me sacó de mis pensamientos.

—S-si — respondí.

Después de unas largas horas de clases, por llegó el momento de ir a la cafetería.

Esta vez Clyre fue conmigo a la cancha de fútbol para hablar con Nate.

Estábamos en las gradas mirando los dibujos de Nate.

—Sabía que si eres un artista — le dijo Clyre.

—No es para tanto, pero gracias — Nate le sonrió leve.

—¿Quieres acompañarnos al juego de hockey?, Es hoy en la noche — lo miré.
Él lo piensa unos segundos.

—Está bien, ¿Podemos vernos fuera del estadio?— me preguntó.

—Claro — asentí.

El resto del almuerzo estuvimos hablando.

Ya en el estadio estábamos esperando a Nate para entrar.

—¿Crees que si venga? — Clyre me miró.

—No lo sé, puede arrepentirse en cualquier momento — respondí mientras lo buscaba con la mirada.

—Hola, lo siento, no quería hacerlas esperar— nos saludó Nate llegando detrás de nosotras.

—Ey, si viniste…— le sonreí.

Llevaba aún la mochila de la secundaria.

—Dije que nos veríamos aquí, ¿No? — nos miró.

—Pensamos que cambiarias de opinión, vamos ya casi empieza — Clyre entró primero.

—Arik, espera — me detuvo Nate dejando su mano en mi hombro.

Me volteé para mirarlo. Él estaba sacando algo de la mochila. Parecía un sobre envuelto con un moño de cinta rojo.

—Feliz cumpleaños — me extendió el regalo con una leve sonrisa.

—Oh, Nate, gracias, no debiste molestarte — sonreí.
—Ábrelo después, ¿Si? — me pidió.

—Está bien — asentí.

Entramos para buscar buenos asientos.

—Aquí — nos dijo Clyre — Tengo la perfecta vista para ver a Aron.

—¿Aron no es tu hermano? — me preguntó Nate.

—Sí, ¿Por qué? — lo miré.

—A Clyre le gusta — ríe leve.

—Al parecer todos lo notamos menos él — le susurré.

Nate ríe leve.
A los pocos minutos de que el lugar estuviera lleno comenzó el juego.

—Dicen que está otra secundaria son muy buenos, pero los nuestros también — comentó Clyre.

—Sí, han estrenado mucho para esto — sonreí.

Cuando vimos a los chicos salir con sus uniformes puestos empezamos a alentarlos desde nuestra posición como las personas que iban a apoyar a nuestra secundaria.

Cuando vi a Xander él nos buscó un momento con la mirada.

Estábamos en medio de las gradas entonces podía vernos con facilidad.

Aron también nos miró. Luego los dos equipos tomaron sus posiciones.
Observé alrededor y los padres de Xander también estaban ahí.

Estaban un poco lejos así que no me notaron. Leah y Becky estaban dos filas más debajo de nosotros. Patrick estaba con ellas.

Decidí ignorarlo las veces que me ha mirado. No quiero que me arruine la noche.

Empezó el juego. Podíamos escucha como los palos de hockey chocaban entre los jugadores intentado pasarse el disco.

Los del otro equipo si que eran buenos, les quitaban con facilidad el disco a los nuestros.

Estábamos atentos a ver quién daba el primer gol.

Creímos que iba a ser Aron ya que estaba cerca, pero uno de los jugadores del otro equipo se lo quitó y anotó.

—No — se quejaron Nate y Clyre.

—Tranquilos, aún queda tiempo — les dije.

Nadie apartaba la vista de la pista de hielo.

Cuando Xander pudo quitarle el disco a uno de ellos sonreí. Estaba por acercarse a hacer el gol, pero otro jugador llegó de sorpresa y le quitó el disco.

Diablos.

Son buenos.

Lo bueno es que no pudieron anotar. Tucker logró quitarles el disco y hacer el gol.

Los de nuestro lado estaban felices.

Ya íbamos empatados por el momento.

Llegó el medio tiempo.

Los jugadores fueron a los vestidores a descansar un momento.

Miré hacia abajo. Leah no estaba en su sitio.

Me pareció extraño, pero a veces las personas salen un momento o van al baño, entonces le resté importancia.

—Ya vuelvo chicos, necesito ir a hacer pis — Clyre se levantó y se fue.

Nate y yo quedamos solos.

Patrick nos miraba constantemente.

—No lo mires — me susurró Nate — Solo te afectará más.

Asentí.

—No te lo había dicho, pero estos días, estaba empezando a sentirme un poco mal, en la última sesión la doctora dijo que estaba recayendo, pero no sé porque — bajé la mirada.

—¿Sientes que está todo bien?

Asentí de nuevo.

—Bueno, no lo sé en realidad, también hoy es un poco difícil sentirse bien — me encogí de hombros.

Nate dejó una mano en mi hombro.

—También me sentí así, en mi primer cumpleaños si mi mamá — me dijo — Pero ¿sabes en lo que pensaba después?

Lo miré.

—A ella no le gustaría verme triste, así que tú padre tampoco quisiera que estuvieras triste nunca, nosotros tampoco — me sonrió leve.

Asentí con una leve sonrisa.

—Listo, había mucha fila — Clyre se sienta de nuevo con nosotros.

Nate bajó la mano de mi hombro y sonrió.

Cuando empezó el juego de nuevo Xander estaba tardando en salir.

—Que raro — murmuré.

Miré en el asiento donde estaba Leah y apenas estaba llegando a sentarse, pero…

Me miró con una sonrisa arrogante, como diciendo: “No sabes lo que he hecho”.

Luego volteó al frente con tranquilidad.

Xander por fin salió, pero no alzó la mirada hacia las gradas como lo hizo antes.
El juego empezó de nuevo.

Estaba más emocionante que el primer tiempo ya que estaba muy ceñido.

En una ocasión el uno de los jugadores rivales empujó muy fuerte a Tucker para quitarle el disco, lo cual se contó cómo una falta.

Pasaban los minutos y el marcador iba dos a uno.

Les faltaban dos goles para al menos ganarles.

Presentí que Xander no estaba muy concentrado como en el primero tiempo. Le quitaban el disco fácilmente.

En ocasiones miraba a las gradas. Específicamente a dónde estaba yo.

No sabía porque hacía eso.

Por suerte Aron anotó otro gol.

Lo malo es que ahora estaban jugando contra el tiempo.

En los últimos minutos Xander logró quitarles el disco a uno de los jugadores y se estaba acercando para a la portería, pero otro jugador rival se lo quitó e hicieron una jugada.

Nadie podía quitarles el disco. Cuando anotaron el gol, los chicos de inmediato miraron a Xander.

Se había acabado el juego y ellos habían perdido.

La verdad en la secundaria siempre ha tenido buenos méritos al equipo de hockey, pues nunca han perdido un partido, por eso me sorprendió que esto sucediera.

Pobre Xander. Debe estar molesto y decepcionado.

Sus padres ya se habían ido, por alguna razón. Pensé que se quedarían.

Ahora sé que Xander necesita apoyo en estos momentos.

—Esperemos en la salida, debemos darles apoyo después de esto — les dije a los demás mientras me levantaba del asiento.

Ellos me siguieron hasta la puerta donde salían los jugadores.

Leah y Becky también estaban ahí.

—Los chicos deben estar tristes — comentó Becky.

—Bueno, tampoco es que sea culpa de ellos…— respondí.

—De todos no, pero si de alguien — Leah se cruzó de brazos — Alex estaba volteando a verte muchas veces, tal vez lo distraes…

Clyre y yo miramos con seriedad a Leah.
Aunque tenía algo de razón, él no estaba concentrado.
¿Seguro que es por mi?

Antes de poder responderle a Leah, los chicos salieron del estadio.

Cada uno se acercó a sus parejas.

Tucker, Aron y Xander se dirigieron a nosotros.

—Oh, chicos, ¿Cómo están? — les preguntó Clyre.

—Pues, no sé qué decirles — Aron se encogió de hombros.

—Creo que sólo necesitábamos un poco más de concentración — Tucker miró a Xander — Pero, para el próximo juego lo haremos bien.

Xander no dijo nada. Cuando lo miré, él apartó la mirada con molestia.

Entendí que no quería hablar, así que tampoco insistí.

—Jugaron bien, hicieron lo que pudieron — sonreí leve mirándolos.

Nate asintió.

Los demás caminaron delante de nosotros. Xander y yo nos quedamos atrás.

—Xander…

—Tenemos que hablar — me interrumpió deteniéndose en seco.

Los demás nos miraron.

—Adelántense chicos luego los alcanzamos — les dije.

Ellos asintieron y continuaron caminando.

Cuando quedamos solos lo miré.

—¿Qué sucede? — pregunté.

—¿Por qué lo trajiste aquí? — respondió serio.

—¿A quién?

—Claro, hazte la inocente — ríe sin ganas.

Fruncí el ceño, pero luego supe que se refería a Nate.

—Xander, si te refieres a Nate, ¿Qué problema hay?

—¿Y qué es eso? — señaló la carpeta en mis manos.

Miré el regalo de Nate.

—Un regalo que él me dio, pero somos amigos deberías saberlo — reí ante la situación.

—Claro lo acabas de conocer y ahora te hace regalos.

—¿Sabes?, ahora estás actuando como un verdadero imbécil — me crucé de brazos — ¿Estás celoso o qué?

—Claro que no, sólo estoy recordándote que estás rompiendo una regla, No puedes salir con nadie hasta que esto termine, ¿Creíste que no me iba a enterar de lo que haces cuando no estás en la cafetería?, Leah ya me dijo todo.

Bufé.

Sabía que ella había hecho algo.

—Escucha — dije tranquila para no hacer un problema —Te recuerdo que esto, es falso, y una de mis reglas era que me dejarías pasar tiempo con mis amigos. Ya te lo dije. Nate es sólo un amigo…

—No me importa quién sea él, solo déjalo y ya — me exigió con seriedad.

—No lo haré Xander, porque no puedes prohibirme ver a mis amigos — respondí molesta — Y si vas a creer cualquier cosa que Leah te diga antes de confiar en mí, entonces tal vez todo esto fue un error.

Él estaba igual de molesto que yo.

Pensé que sería sólo por qué perdió el juego, pero esto me demuestra que si está celoso.
Aún así no le da el derecho de exigirme dejar de ver a Nate.

Menos por esta estupidez.

—Sí, pensándolo bien si fue un error — asintió —No sé para qué perdí mi tiempo, mejor no vuelvas a hablarme.

¿Así de fácil?

¿Qué hay de la carta Xander?

¿Por qué escribiste todo eso?

Eso le hubiese preguntado, pero también tengo orgullo, y puedo decir que una de las cosas que odio, y no puedo evitar.

—Tranquilo, dalo por echo — respondí enojada.

Xander se fue solo tomando otro camino.

No sé porque me sentía culpable.

Aunque estaba era más decepción que otra cosa.

Ya debería aprender que simples palabras no valen nada.

Esta claro que la carta no era nada más que para desahogarse así mismo, creo que por eso nunca me la dio.

Regresé con los demás.

—¿Alex no va a venir? — me preguntó Aron.

—Tenía cosas que hacer — me encogí de hombros.

Continuamos caminando.

—¿Estás bien? — me preguntó Nate en un susurro.

Asentí con una leve sonrisa para no preocuparlo.

—Solo quiero llegar a casa.— le expliqué.

Nate asintió.

Nadie más me preguntó nada. Todos nos fuimos a nuestras casas.

Aron y yo estábamos entrando a la nuestra.

Los dos estábamos desanimados.

Él por su juego de hockey y yo por mis ilusiones rotas.

¿De verdad me llegué a ilusionar por otra idiota como Xander?

—Vaya cumpleaños de mierda — murmuré sentándome en uno de los sillones y dejando el regalo de Nate sobre la mesa de noche.

—Sí que lo fue — Aron dejó en el suelo su mochila y el palo de hockey en el piso y se sentó junto a mi, y me miró —¿ Alex y tú discutieron?

Lo miré.

—¿Cómo sabes? — le pregunté.

—Pues…siempre estás más callada de lo normal cuando estás enojada.

—Bueno, tu amigo es un idiota a veces, pero también creo que lo arruiné — aparté la mirada.

—Ya se le pasará, sabes como es él. Además todos estamos molestos de alguna forma por perder hoy.

Aron tenía razón en eso.

Xander también estaba enojado por el juego. Eso fue lo que hizo que se comportara se esa manera.

Pero él aceptó fue respetar el tiempo con mis amigos.

Si, tal vez rompí una regla y debí ser más discreta con Nate…

No, ¿en qué estoy pensando?

No tengo que ser discreta porque Nate y yo sólo somos amigos. Es igual que Tucker. Igual que Xander porque ya me queda claro que no somos más que eso.

—Aunque estuviera estresado no fue mi culpa que perdieran, tiene que aprender a no dejarse llevar por lo que otros días y confiar en mí…

—No me lo tomes a mal Ari, pero ponte en su lugar. Después de pasar por un engaño de Leah, chica con la que estuvo tres años seguidos, ¿Crees que no va a tener problemas de confianza?, Lo de ustedes fue muy rápido — comentó.

Suspiré.

—Lo sé, también debí entender eso — bajé la mirada.

—Solo, espera que se le pase y ya verás como vuelven a estar tranquilos — me sonrió leve.

—Gracias por hablar de esto conmigo — le devolví la sonrisa.

—No es nada Ari, igual sabes que puedes contarme lo que quieras.

Lo abracé.

—Feliz cumpleaños hermanito — sonreí.

—Feliz cumpleaños hermanita — me abrazó de vuelta.

Escuchamos la puerta y nuestra madre había llegado.

Nos miró sonriendo.

—Cualquiera podría creer que son hermanos amorosos —ríe leve.

—Estamos restableciendo lazos de hermandad, ¿No ves? — le dijo Aron.

—Decidimos hacer un pacto de paz hace mucho — sonreí.

—Me alegra oír eso — se acercó para sentarse en medio de nosotros — ¿Cómo les fue hoy?, ¿Ganaron?

Aron y yo intercambiamos miradas.

—Bueno…perdimos — Aron hizo una leve mueca de tristeza.

—Oh, lamento oírlo cariño, pero puedo imaginar que jugaron bien, a veces es así — mamá dejó una mano en el hombro de Aron.

Aron asintió.

—¿Y a ti Ari? — me preguntó.

—No podría quejarme — mentí con una sonrisa.

Aron lo notó, pero no dijo nada.

—Bien — mi madre acarició mi mejilla, luego nos miró a los dos — Ya vuelvo.

Se levantó y se dirigió a la cocina.

—¿Por qué no le dijiste lo de Xander? — me susurró Aron.

—Porque no es nada de importancia — susurré de vuelta.

Pero si era algo de importancia para mi.

Aunque estaba enojada, sabía que también fue por mi culpa.

—Feliz cumpleaños a los dos — escuchamos la voz de nuestra madre.

Ella tenía en sus manos el pastel con las velas.

Lo dejo en la pequeña mesa frente a nosotros.

Nos cantó el feliz cumpleaños.

Luego apagamos las velas.

—Felices dieciocho — nos hizo un leve puchero.

—Gracias mamá.

Ambos la abrazamos.

Sabemos que también es complicado para ella. Después de estar casi dieciocho años con papá en todos los cumpleaños esto era difícil.

Al menos estábamos juntos.

Después de comer pastel y convivir unas horas, nos fuimos a nuestras habitaciones.
Me quedé sentada en el suelo mirando a la nada, pensando en la discusión con Xander.

¿Pero por qué tendría que alejarme de Nate?
No puedo hacerlo, eso lo lastimará a él también y prometí no hacerlo.

Miré el regalo de Nate y decidí abrirlo con cuidado.
Era un dibujo estilo retrato de mi.

Sonreí al ver lo bien y detallado que le quedó.

Me levanté para ponerla en un lugar visible en la pared. Luego me senté en la cama y miré mi cadena que Xander me había regalado.
No puedo creer que él le haya creído la mentira Leah.

Espero que Xander pueda recapacitar y se disculpe.

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¡Holis!

Espero les haya gustado el capítulo.

No pude actualizar ayer porque no tenía listo el capítulo hasta hoy, pero gracias por la espera <3


Sólo un juego#1©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora