Capítulo 36

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Arik.

Había oscurecido.

Estaba en mi habitación recostada en la cama.

Los nuevos antidepresivos son tan fuertes que me hacen enfermar, pero supuestamente “ es lo mejor y me mantiene segura”.

Clyre ha estado trayendo las tareas que debemos hacer para no atrasarme, en la secundaria. También me ayuda a hacerlas.

No he ido los últimos tres días por mi condición.

Ella pasa conmigo toda la tarde después de clases y luego viene Nate.

Esta noche, me sentía muy mal.

Estaba triste, enojada, y arrepentida de haber hecho lo que hice.

Ahora todos están preocupados y no quería eso.

Clyre estaba sentada en la silla junto a mi cama terminando la tarea.

—No tienes que quedarte — miré a Clyre.

—Arik, quiero quedarme, además te extrañamos en la secundaria — sonríe leve— Lamento no haber estado ahí cuando lo necesitabas.

—No es tu culpa — me encogí de hombros.

—Tienes que recuperarte para volver, debemos graduarnos juntas e ir a la misma universidad como lo planeamos — ríe leve.
Asentí.

Ojalá fuese tan simple.

—Pronto estaré ahí molestándote, ya verás — reí.

Escuchamos la puerta.

—¿Puedo pasar? — preguntó Nate.

—Sí — respondí.

Él entró con un plato, tenía un sándwich y un vaso de jugo.

—Tu mamá me dijo que lo trajera — sonríe leve.

—Gracias — me senté en la cama.

Aron también entró y me sonrió leve.

Nate dejó el plato en mi mesa de noche.

—Bueno, yo tengo que irme, pero te veo mañana — Clyre me sonríe levantándose.

—Te acompaño — le dijo mi hermano.

Clyre asintió.

— Te escribo luego Ari, nos vemos Nate — se despide de nosotros.

Nate  se despide con la mano y se sienta en la silla donde estaba Clyre antes.

Clyre salió de la habitación y quedamos solo Nate y yo.

—¿Cómo te sientes? — preguntó.

—Fatal, no tengo ánimos de levantarme — me encojo de hombros.

—Entiendo, deberías comer algo — señala el sándwich.

Negué leve con la cabeza.

—No tengo hambre, pero gracias, y no tienes que venir tan seguido, también debes estar ocupado con tus cosas.

—Me preocupo por ti, así que tendrás que soportar verme aquí hasta que te recuperes del todo — me sonrió.

Sonreí leve.

Miré las vendas en mis brazos y borré mi sonrisa.

—Ari…¿Quieres contarme por qué lo hiciste?, Sabes que puedes confiar en mí — dejo su mano sobre la mía.

Suspiré.

Ni siquiera yo sé porque lo hice.

—¿A veces no sientes que eres una carga para todos? — pregunté sin mirarlo — Así me siento muchas veces, creo que todos están mejor sin mi, pero yo sin ellos no, no soy suficiente para nadie y tampoco es que sea dramática, es que así me siento, es algo extraño.

Sólo un juego#1©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora