Arik.
Había oscurecido.
Estaba en mi habitación recostada en la cama.
Los nuevos antidepresivos son tan fuertes que me hacen enfermar, pero supuestamente “ es lo mejor y me mantiene segura”.
Clyre ha estado trayendo las tareas que debemos hacer para no atrasarme, en la secundaria. También me ayuda a hacerlas.
No he ido los últimos tres días por mi condición.
Ella pasa conmigo toda la tarde después de clases y luego viene Nate.
Esta noche, me sentía muy mal.
Estaba triste, enojada, y arrepentida de haber hecho lo que hice.
Ahora todos están preocupados y no quería eso.
Clyre estaba sentada en la silla junto a mi cama terminando la tarea.
—No tienes que quedarte — miré a Clyre.
—Arik, quiero quedarme, además te extrañamos en la secundaria — sonríe leve— Lamento no haber estado ahí cuando lo necesitabas.
—No es tu culpa — me encogí de hombros.
—Tienes que recuperarte para volver, debemos graduarnos juntas e ir a la misma universidad como lo planeamos — ríe leve.
Asentí.Ojalá fuese tan simple.
—Pronto estaré ahí molestándote, ya verás — reí.
Escuchamos la puerta.
—¿Puedo pasar? — preguntó Nate.
—Sí — respondí.
Él entró con un plato, tenía un sándwich y un vaso de jugo.
—Tu mamá me dijo que lo trajera — sonríe leve.
—Gracias — me senté en la cama.
Aron también entró y me sonrió leve.
Nate dejó el plato en mi mesa de noche.
—Bueno, yo tengo que irme, pero te veo mañana — Clyre me sonríe levantándose.
—Te acompaño — le dijo mi hermano.
Clyre asintió.
— Te escribo luego Ari, nos vemos Nate — se despide de nosotros.
Nate se despide con la mano y se sienta en la silla donde estaba Clyre antes.
Clyre salió de la habitación y quedamos solo Nate y yo.
—¿Cómo te sientes? — preguntó.
—Fatal, no tengo ánimos de levantarme — me encojo de hombros.
—Entiendo, deberías comer algo — señala el sándwich.
Negué leve con la cabeza.
—No tengo hambre, pero gracias, y no tienes que venir tan seguido, también debes estar ocupado con tus cosas.
—Me preocupo por ti, así que tendrás que soportar verme aquí hasta que te recuperes del todo — me sonrió.
Sonreí leve.
Miré las vendas en mis brazos y borré mi sonrisa.
—Ari…¿Quieres contarme por qué lo hiciste?, Sabes que puedes confiar en mí — dejo su mano sobre la mía.
Suspiré.
Ni siquiera yo sé porque lo hice.
—¿A veces no sientes que eres una carga para todos? — pregunté sin mirarlo — Así me siento muchas veces, creo que todos están mejor sin mi, pero yo sin ellos no, no soy suficiente para nadie y tampoco es que sea dramática, es que así me siento, es algo extraño.
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Sólo un juego#1©
Novela JuvenilArik y Alexander, son adolescentes cuya única cosa en común son sus experiencias poco convencionales en el amor. Un día deciden dejar sus diferencias de lado, y empezar una relación falsa, donde ambos estarán beneficiados, pero también sus propios s...