1. AL CIEN POR CIEN
Verano. La temporada del año que siempre he odiado la que más; calor, sudor, agobio, ansiedad, mucha gente, temperaturas altas... y la pereza de depilarte cada dos por tres. Por no hablar de recogerte el pelo, alisarlo o cuidarlo bien para no parecer un estropajo. Sinceramente, muchas veces me saltaba todos estos pasos e iba directa a lo único que me gustaba del verano.
Tiempo libre.
Tiempo libre para leer, ver mil series y películas, quedar con Ola las noches de verano para beber hasta las tantas hablando sobre la vida en un parque tiradas en la hierba, o con Drew, no haciendo nada, pero juntos.
La verdad es que las cosas estaban algo tensas entre ellos, pero siempre que tenían oportunidad me preguntaban el uno por el otro. Super disimuladamente, obviamente.
Nótese la ironía.
Todo en casa iba genial. Él y Susan eran tan felices... y eso me hacía muy feliz a mí. Claro que en cuanto ella llegó, Charlie se esmeraba mucho en su faceta culinaria o de amo de casa, algo que se le daba bastante bien, ya que desde que se separó de mi madre ha tenido que ser amo de casa y policía a la vez.
Susan me dio mucho espacio para que me acostumbrara. Incluso me dijo que no pasaba nada si dejábamos eso de vivir los tres juntos para mucho más adelante, pero yo lo quise así. Me apetecía tener una figura maternal después de mucho tiempo.
En cuanto a mi madre... no puedo contar mucho, porque la última noticia que tuve de ella fue que se había ido de crucero con Chad, un chico de unos tres años más que yo que había conocido en el puerto esperando al crucero, y desde entonces salen juntos.
Sí, sé que normalmente en las familias los hijos suelen ser los que tienen comportamientos inmaduros de adolescente, pero en mi caso era lo contrario. Yo supuestamente maduraba y mi madre... mi madre estaba pasando de la adultez a la adolescencia.
¿Qué había sido de mí estos dos últimos meses, cuando volví de Australia? ¿Quién era la persona con la que estuve y cómo acabamos? ¿Y mi exnovio? ¿Se dio por contento con esa conversación del aeropuerto?
Déjame decirte que tengo que ponerte mucho al día, al igual que a mi amiga Rachel y a Vee.
—¿Me estás diciendo que te volviste de Australia cuando os dijisteis que os queríais? —Me preguntó Rachel por la otra línea del teléfono, patidifusa. Aposté porque Vee también lo estaba.
—Sí.
—¿Sí? —Repitió con sorna —. ¿Cómo que sí? ¡Maddie!
—¡Rach, no te enfades conmigo!
—¿Entonces ahora qué? ¿Otra vez quince mil comeduras de coco por mi hermano con las que no llegarás a ningún lado por simple cabezonería? No eres justa con él, y mucho menos contigo. Sabes que él te haría feliz, te trataría bien.
Resoplé y eché hacia atrás mi espalda.
—¿Tú crees? —Le pregunté dubitativa.
Cinco minutos para el atardecer.
—¿Que si lo creo? Oh, pues claro que lo creo. Porque Maddie, nos conocemos, y sé que ahora empezarás con tus "Es que Hunter dice que me echa de menos, seguro que es distinto esta vez..." ¡A LA MIERDA TU EXNOVIO! ¿¡Cuántas veces vamos a tener que decirte tu amiga arcoíris y yo que no merece la pena!?
—Vale, Rach, cálmate... —Carcajeé.
—No, a mí no me hace ninguna gracia. ¿Ahora qué vas a hacer?
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FUGAZ © [ARDENT#2]
Teen Fiction[BILOGÍA ARDENT #2] Dos meses daban para mucho. Para salir, relajarte, socializar, hacer un cambio de look radical o volverte loca. Maddie Griffin prefirió la última de todas. Dos meses después de su viaje inesperado a Australia, se encuentra en Mi...