Capítulo 8

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Hola hola <3, vengo a avisar de que en este capítulo se habla sobre trastornos mentales como crisis de ansiedad, de pánico y mención a la depresión, muerte... etc. No es demasiado fuerte, pero por si acaso aviso. También se menciona una canción, y para meterte más en la historia te recomiendo que la escuches:)

8. CONFESIÓN

No sé qué hora era, ni tampoco me importaba. Solo sabía que tenía una espalda gloriosa, musculosa y preciosa a mi disposición y que oportunidades como esa, no había muchas.

Comencé a acariciarla con la yema de mis dedos, trazando dibujos imperfectos y abstractos sin sentido. Después, bajé de la nuca hacia los omoplatos, rodeándolos y tensándolos. Ahogué una risita al ver su reacción.

Mis dedos quisieron ir más abajo. Seguí su columna vertebral. Era tan anatómicamente perfecta su espalda que a veces me preguntaba si era real, si Rhys era una persona de carne y hueso.

Cuando mis traviesos dedos llegaron al final de la espalda, toqué el borde de su pantalón de algodón corto y quisieron entrar ahí dentro.

Paré en seco. Simplemente me quedé ahí.

Pero un inocente chico decidió girarse en el momento menos indicado de todos, y al hacerlo... mis dedos recorrieron toda su cintura, y acabaron quietos, clavados, en la zona inferior de su abdomen, a ras de la tela de su bóxer que sobresalía de su pantalón.

Abrió los ojos confuso. Bajó la mirada y después me miró a mí.

Aparté rápidamente los dedos.

—Yo... es que... justo te estaba... y te has...

Apoyó una de sus manos en mi espalda y me acercó tanto que olvidé hasta mi nombre.

—Ven.

Fui. No sé a dónde, a Marte creo, pero fui.

Me envolvió con sus brazos y creamos una atmósfera cálida y privada compuesta por él, sus brazos y el edredón de la cama.

Antes de que me atrapase para siempre, alargué mi mano hacia la mesita de noche para comprobar que seguía siendo el mismo día.

Lo era. Eran las diez y media de la noche.

—Tenemos una misión pendiente, Rheesy Rhys.

Puso los ojos en blanco y resopló al llamarlo así, pero después se incorporó en la cama conmigo encima, apoyando sus antebrazos en el colchón.

Pegó su nariz a la mía, rozándola y sonriendo.

—A ver, sorpréndeme...

—Mhm... pues que... —Me puse en pie en la cama y le agarré de los brazos, intentando levantarlo de la cama —. ¡Pero ayúdame! ¡No puedo yo sola contigo!

Soltó una risita y se puso de pie, aunque no entendió muy bien para qué.

—¿Querías entenderme?

Él de pronto se puso serio y asintió.

Me bajé de la cama y me puse las deportivas.

—¿Qué haces?

—Ir a la playa —Contesté sin mucha explicación.

Rhys empezó a vestirse, y no sé por qué sonreí. Joder, parecía que estaba loca... bueno, lo estaba, pero... tenía que contárselo. Era hora de ser totalmente sincera.

No dejé que terminara de ponerse la camiseta cuando me pegué como una lapa y miré deseosa su torso.

—Oye, babas, no me mires así que no te dejo salir de la cama en los once días que nos quedan.

FUGAZ © [ARDENT#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora