30: ¿CAMBIO DE PAREJA?
Noté que comenzaba a moverse y a gimotear palabras inexistentes, y me aferré aún más a él.
Al final, el idiota se salió con la suya y pasó lo que pasó aún estando sus amigos allí. Al menos, intenté controlarme. Creo que no escucharon nada... o eso espero, porque sino, me daba algo. Literalmente.
Se me fue el sueño de golpe cuando me di cuenta de que el señor Roerig me mandó un correo exigiéndome una reunión con bastante urgencia, y no le cuestioné de que se trataba.
Simplemente me senté en la cama, ni siquiera me levanté, y ya tenía a un pesado tirando de mi camiseta —que en realidad era suya — y pegándome a su pecho de nuevo, enfurruñado.
—Quédate aquí —murmuró, casi exigiéndomelo.
Me di la vuelta divertida, y besé la punta de su nariz.
—¿Me dejas al menos hacer el desayu...?
—No.
Me estrechó un poquitín más.
—¿Y darme una du...?
—No. No, no, no y no. Aquí y punto.
Abrí un poco los ojos al darme cuenta de lo realmente sexy que era sin ser consciente de ello. No me quejé, dejé que me apretujara con sus brazos —sí, con esos con los que podía literalmente aplastarme — y hundió su cara en el hueco de mi hombro, dejando un besito.
—Dos minutos más y ya, ¿Vale? —murmuré.
—Oye —gimoteó, aún escondido en mi clavícula —. No me quieres.
—¡Claro que te quiero!
Negó con la cabeza como un niño pequeño.
—Si me querrías, te quedarías.
—¿Esto es chantaje emocional?
—Puede.
Reprimí una sonrisa.
—Te quiero, pero también quiero que vayas a entrenar a buena hora y que no te echen la bronca por mi culpa. Otra vez. Ah, y que tus amigos muevan el culo del sofá porque no puedo perderme el nuevo capítulo de mi reality, ¿Vale?
Ahí sí que levantó la cabeza.
Y, Dios santo. Qué preciosidad de persona, joder.
Tenía el pelo muy despeinado, los ojos entrecerrados y una sonrisilla canalla. Me tembló el cuerpo entero cuando se acercó y tiró de mí con tanta fuerza que me dejó sentada encima suya.
—Vale. Cinco minutos —cedí, mientras me temblaba el labio y gruñía en mi pecho.
—Diez.
Se tumbó conmigo encima y siguió acariciándome, hasta que las caricias subieron lo que viene a ser un poco de tono y le pegué un manotazo.
—¡Auch!
Me quedé sentada en su regazo de brazos cruzados, enfadada.
—¿De verdad? —le pregunté, atónita —. Encima de que te sales con la tuya y tú y yo... lo... ya sabes...
Enarcó una ceja divertido, y se acercó tanto que nuestras narices casi chocaron.
—¿Que tú y que yo qué? —me incitó. Yo rodé los ojos y bajé tanto el tono que a penas se me escuchaba.
—Pues... que... ¡Después de lo pesado que has sido, hemos acabado haciéndolo con tus amigos aquí! ¡Ahora te toca ceder a ti y dejarme hacer mis trabajos, ducharme y el desayuno!
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FUGAZ © [ARDENT#2]
Teen Fiction[BILOGÍA ARDENT #2] Dos meses daban para mucho. Para salir, relajarte, socializar, hacer un cambio de look radical o volverte loca. Maddie Griffin prefirió la última de todas. Dos meses después de su viaje inesperado a Australia, se encuentra en Mi...