Capítulo 21

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21: VACÍO

Una semana. Siete días. Días de los que no me acuerdo hacer otra cosa más que llorar, pensar en cómo la había cagado y lo imbécil que fui confiándome de que los medios ni siquiera sabían de mi existencia, cuando incluso ya había fans que me odiaban.

Por suerte, esa semana no estuve sola.

De lo único que me acuerdo al llegar de esa maldita fiesta, es de que Ola me llevó directa a la residencia. Llamó a alguien, pero no era capaz de escuchar.

Cuando me daba un ataque pánico, es como si viviese en otro universo paralelo. Me daba igual lo que me dijesen, que yo seguiría dándole vueltas a lo que tenía en mi cabeza, y no dejaría de pensar en ello en ningún momento.

Mi mente sería la que no me dejaría atender a otras cosas más que a culpabilizarme a mí misma.

Otro brazo me agarró del hombro libre, y me subieron a mi piso. Me sacaron las llaves del bolsillo, entramos a mi habitación y lo único que fui capaz de hacer fue encerrarme en el baño. Con pestillo.

Mi padre siempre me decía de pequeña que no podía hacer eso, porque... bueno, si necesitaba algo o a alguien (como era en ese caso) mientras estaba inestable, encerrarme en el baño podría pasarme una mala jugada.

Ola y Drew, que era la otra persona que me agarró, no pararon de golpear la puerta. La abrieron con una horquilla de Ola, y yo estaba temblando en forma de bola en el suelo.

No podía terminar de creérmelo. No... no podía acabarse, Rhys... nunca nos habíamos enfadado. Nunca. Al menos no así, creo que lo máximo que llegamos a estar enfadados fue cuando la tontería de Chloe... y también fue por mi culpa.

¿Pero ahora? ¿Y si no había otra vez? ¿Y si... todo se acababa? ¿Se quedaba ahí?

Se acabaría, estaba segura. Rhys no querría verme ni en pintura, seguiría con su vida, con el hockey, quizá en un futuro volvería a Australia y se olvidaría de mí para siempre.

Pero yo no lo podría superar nunca, me quedaría encerrada en mi habitación bajo las sábanas y me lamentaría de por vida.

Eso era lo que me esperaba.

-Maddie... por favor, coopera un poco. Levanta los brazos -Me pidió Ola, mientras me sentaba en la cama y no paraba de llorar. Yo ni siquiera contestaba.

-¿Crees que deberíamos llamar a una ambulancia o algo así? -Intervino Drew, preocupado.

Los dos me miraron, y es que... esa maldita palabra era la única que me hacía despertar de ese trance mental.

Les pedí que me dejasen al menos cambiarme sola. Asintieron y salieron de la habitación, pero sin cerrar la puerta del todo.

Aproveché para darme una ducha, y por suerte me puse la música tan alta que apenas podía pensar demasiado.

Me puse el pijama, pero tenía frío, hacía frío. Claro que, abrir el armario y encontrarme con su sudadera, no ayudó absolutamente nada.

Ola entró enseguida y volvió a sentarme en la cama, mientras me pasaba un jersey cualquiera por el cuello.

Drew me miraba preocupado. Estaba arrodillado junto a mi cama acariciándome el muslo, pero de vez en cuando, paraba.

Bueno, sí, es difícil conseguir calmar a alguien que está en una situación así, pero al menos yo, esos pequeños detalles, los agradecía en el alma.

La cabeza empezó a palpitarme, y me llevé las manos a las sienes.

-Me va a explotar -Lloriqueé.

FUGAZ © [ARDENT#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora