Capítulo 37

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FINAL

(No me puedo creer que esto llegue a su fin:(, echaré mucho de menos a mis niños </3 )

Disfrutarlo tanto como lo he hecho yo. Os adoro. Gracias por leerme, todo esto es por vosotras.

———

Maddie

—Con que ha sido un capullo, en resumidas cuentas.

Inspiré y acabé asintiendo.

—Básicamente, sí.

Ola suspiró frustradamente mientras se alisaba la falda de su vestido negro y corto. Le quedaba de fábula, por no hablar de sus botas negras hasta las rodillas.

—Lleva mucho tiempo raro —admití en voz alta, aunque más bien intentaba concienciarme de ello yo misma —, pero nunca me ha dicho que está mal por algo, simplemente...

—Déjalo —me interrumpió, con la voz muy calmada. Casi hasta con cierto sentimiento de culpa. Frotó mi hombro y señaló a la cocina con la cabeza —, ahora estamos aquí, ¿No? Ni Drew, ni Hunter, ni nadie. Solo...

Nos quedamos mirando a dos niños pequeños discutiendo por quién llevaba más platos al salón. Era irónico, ya que ninguno había cargado con ningún plato y estaban pegándose puñetazos en broma mientras se insultaban como, repito, dos niños pequeños.

Ola y yo nos quedamos boquiabiertas.

—Los idiotas de nuestros novios —terminó, poniéndose de pie, enfurruñada —. ¿Se puede saber qué hacéis, pedazo de imbéciles?

En cuanto la furia de pelo rosa se acercó a ellos, se quedaron más quietos que una estatua.

—Lo siento —dijo atropelladamente Rhys, a sabiendas de la que les esperaba.

—¿Que lo sientes? —frunció el ceño Ola, pegándole una colleja pese a su baja estatura — ¡Me importa una mierda! —agarró dos de los platos, y se acercó a Kendall. Este temblaba como una gelatina — y tú...

—Cariño, solo estába...

—¡No me llames cariño! —gruñó.

—Vale, está bien. Perdón. Estábamos jugando, nada m...

—¿¡Y te parece normal jugar con los veinticinco años que tienes mientras vuestras novias se mueren de hambre!?

Rhys me miró, buscando ayuda, pero sinceramente, fue el único momento del día en el que me apetecía reírme a carcajadas. Me acerqué lentamente para observar el espectáculo más de cerca.

Este se quedó en silencio —sabia decisión —, mientras Ola ponía a su novio a parir.

—No —contestó finalmente.

Una pena que estropease la situación intentando abrazarla. Cuando Ola se enfada, lo mejor es distanciarte de ella y dejar que se relaje sola.

—Venga, cariñ...

—¡¡QUE NO ME LLAMES CARIÑO!! —repitió, como una furia.

Kendall abrió tanto los ojos que parecía que se le iban a salir de la cara, y yo contuve una buena carcajada. Poco a poco, fui acercándome a Rhys y rodeé su cintura con mis brazos, mientras los dos contemplábamos la escena de la parejita en silencio. Seguro que a Rhys le abrían apetecido unas palomitas.

***

Rhys

¿Dónde están las palomitas cuando se necesitan?

FUGAZ © [ARDENT#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora