23: CENA PECULIAR
Desesperada por una subida de nota después de una semana entera ausente en clase, no diría que tenía demasiado tiempo libre esa semana.
No entendía el cabreo descomunal del señor Roerig. Vale, a ver, si supiese la verdadera razón por la que falté... (la verdadera pero no verdadera del todo, solo la de que discutí con Rhys hasta tal punto de pensar que me había dejado) hasta yo me habría cabread conmigo misma.
Pero es que él solo sabía la mentirilla piadosa, la de que había estado enferma unos cuantos días por gripe.
Era curioso, porque nadie en toda la universidad había cogido la gripe, salvo yo.
En fin, que como "castigo" lo único que me dijo es que le entregara los dos próximos temas de "empresa y propiedad intelectual", o en mi caso, mejor conocida como economía.
Siempre había sido una asignatura que me había interesado, pero era innegable que era nefasta con los números. Me desesperaba. No tenía paciencia.
En mi mente, no existía la lógica para esos malditos problemas en los que el enunciado eran unas siete líneas y para la primera ya estaba perdidísima.
Menos mal que tenía un profesor particular encantado de ayudarme.
—¿Así que tengo que entregarte todo esto para el viernes? —Pregunté con cierto tono desesperado.
—Ajá —Afirmó sin ni siquiera mirarme.
Vale. No estaba molesto. Directamente estaba enfadado.
—Señor Roerig, ¿Pasa algo?
Él estaba ordenando todo el papeleo que tenía amontonado en su mesa, y yo repiqueteaba con los dedos sobre mi muslo, tensa.
Por fin, alzó la mirada y suspiró.
—Mira, Maddie. Creo que esta semana... bueno, no sé qué te habrá pasado realmente, pero últimamente estás muy despistada, y que sepas que eso no te favorece ni lo más mínimo.
¿...Últimamente? ¡Pero si no llevaba más que un mes en la universidad!
Me inquieté un poco en la silla, después de su contestación.
—¿Despistada? —Repetí.
—Sí. Después de una reunión con varios profesores, parece que no soy el único que lo piensa.
Apoyó las palmas de sus manos sobre la mesa y se acercó un poco más.
—Vaya, yo... yo no lo sabía —Contesté algo confusa.
—Creo que deberías de invertir más tiempo en el mundo académico, Madelyn —Mi nombre sonó ridículo desde su boca.
Solo una persona me llamaba de vez en cuando así.
—No soy quién para meterme en tu vida privada, pero he pasado por tu edad, y sé que es difícil. Pero... así es la universidad.
Antes de que pudiese decir algo, aunque no supiese el qué, se levantó y abrió la puerta, señal de que quería que me fuese.
Pues nada, me puse en pie con los tres temarios de empresa sobre mis manos y me fui. Ni siquiera se despidió de mí.
No entendía qué mosca le había picado, pero decidí omitirlo. Suficiente había tenido ya hasta ahora en la universidad como para más movidas que ni siquiera me involucraban a mí.
Ah, y respecto al tema de socializar, voy a sorprenderte: ¡Aún no había hecho ningún amigo! Y odiaba asistir a las clases. Me moría de vergüenza con solo respirar, lo odiaba.
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FUGAZ © [ARDENT#2]
Teen Fiction[BILOGÍA ARDENT #2] Dos meses daban para mucho. Para salir, relajarte, socializar, hacer un cambio de look radical o volverte loca. Maddie Griffin prefirió la última de todas. Dos meses después de su viaje inesperado a Australia, se encuentra en Mi...