CAP 8 Tentación

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Capítulo 8

Tentación

Valentina

Esta mujer es demasiado hermosa, me encanta que sabe bailar tan bien, y ya no puedo resistir, el contacto con esta mujer es demasiado. Creo que tengo que ir al baño antes que explote en la pista de baile. Estamos muy cerca, nuestros cuerpos haciendo contacto uno con el otro, me voy a desmoronar. Solo hago es mirar su boca, y cuando pasa sus manos por mi espalda me quemó. No sé si me vaya a arrepentir por esto que haré, pero solo será una sola vez.

– ¿Te gustaría ir a mi casa después de esto? Ella sonrió y me acercó más a su cuerpo.

– No debemos hacer esto, creo que te pasaste de copas. Sonreí ante el hecho que ella pensará que estaba pidiéndole esto por estar ebria, pero hacen falta más de dos copas para que Valentina Carvajal pierda la razón. En realidad, perdí la razón, pero no por los tragos, es por su maldito cuerpo, por esa sonrisa, esos ojos, esa boca tal desgraciadamente provocativa.

– Estoy totalmente consciente de lo que hago. Ella miro mis labios, mordió el de ella y era algo que me hacía palpitar mi centro, eso me hacía encender.

– Eres mi jefa y no repito dos veces, no soy una mujer de compromisos yo... Le selle los labios con mi dedo índice.

– Nadie está diciendo que nos casemos solo es una noche más, nadie sabrá esto, mañana todo será igual. Estaba decidida, quería tener ese cuerpo nuevamente y no sé si las dos copas me estaban dando fuerza de voluntad o simplemente era yo siendo libre.

Ella estaba mirando mi boca y alternaba con mis ojos, se detuvo, se separó de mí, miró al rededor, creo que estaba pensándolo. Y yo también comencé a pensar, que tal vez esto si era una locura, estoy pidiéndole a esta mujer que este conmigo. Así que aproveché la distancia y fui directo a los baños antes de pasar a los baños sentí que me tomaron por un brazo y una mano se atravesó en mi cuello y otra mano en mi cintura, la castaña que tenía en frente susurró.

– Sin Compromisos. Me estampó un beso en mis labios y sus labios comenzaron a moverse y su lengua recorrió el borde de mis labios abrí un poco mi boca en cuestión de segundo ella estaba inspeccionando con su lengua mi boca, y yo gimiendo en sus brazos. Ella succionó mi labio inferior y me susurró.

– Hay que deshacernos de los japoneses y luego ir a tu departamento. Yo no estaba en sí, así que asentí con mi cabeza y ella se fue a hacer algo para poder irnos, al menos eso entendí. La vi alejarse y hablar con los japoneses, luego con uno de nuestros empleados Sergio, así que fui por mi bolso, me despedí de los japoneses y de Sergio. Me fui a mi coche no sabía dónde se había ido la castaña, así que asumo que cada quien se iría por su cuenta. Me fui a mi departamento, meditando lo que había hecho, estoy completamente loca. No creo que esté pensando, pero esto sería una sola vez, nada más. Esa mujer me encanta.

Llegué a mi departamento mi corazón estaba acelerado, no sabía si era la adrenalina, el interruptor se escuchó y oí una dulce voz.

– ¿Aún está la propuesta? Le abrí enseguida sin responder una sola palabra, a los pocos minutos ella estaba tocando la puerta de mi departamento y yo estaba parada allí, me estoy mirando en el espejo y abrí la puerta, ella la cerró detrás e inmediatamente me tomo en sus brazos. Delicadamente subió con sus dedos mi cara para tener acceso a mi cuello, y comenzar a besarlo, pero esta mujer es demasiado sensual, su boca es una maravilla, solo pasaron unos segundos y yo ya estaba gimiendo.

– Por Dios ¿Dónde aprendiste a mover esa boca? Le susurraba en mis jadeos, era una diosa, besaba mi barbilla, mis manos comenzaron a cobrar vida, y por si solas ya estaban desvistiendo a mi chica Hawái, ya la tenía sin camisa, sin sujetador y ella me tenía contra la pared de la puerta de mi casa. Ella se alejó un momento y parecía que se había arrepentido.

Sin CompromisosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora