Sin Compromisos

CAP 9 Reglas del trato

Capítulo 9

Reglas del trato

Juliana

Estoy en mi oficina pensando que las cosas están fuera de control, esa mujer es increíble en la cama, me hace desearla más y más. Nunca me había pasado esto, voy duermo con la chica, adiós, y no me apetece más, y bueno dos mujeres han pasado de nuevo por mí cama, pero les comienzo a encontrar defectos y hasta luego, aburrimiento, chao, adiós, pero mi jefecita, esta demasiado deliciosa o a mi realmente me está afectando los problemas con mi padre.

Mientras me pierdo en mis pensamientos teresa entra en mi oficina.

– Disculpe licenciada, toque varias veces y no respondió, la esperan en la sala de juntas, ya llegaron los japoneses. Olvide por completo mi función en esta empresa, debo ir a la junta.

– Ya voy. Me levante y Sali de ese lugar para ir a la sala de juntas, pero cuando iba en esa dirección note que la rubia se despedía de Luis Valenzuela, un abrazo de su prometido, eso debe ser la señal que necesito para no aceptar esa propuesta, es una mujer comprometida y esta comprometida con un hombre, no te enrollas con mujer comprometidas, así que ya olvidala. Eso traería problemas, alejate y conservaras tu lugar en esta empresa.

Entramos en la sala de juntas, luego entro Sergio, esperábamos a las jefas, mi padre estaba fuera del país, y mi hermanita ya estaba sentada a mi lado.

– ¿Cómo te termino de ir ayer? Me dijo Sergio a quien le dije que había encontrado una chica espectacular y tenia que irme que atendiera los japoneses porque a la jefa le habían caído mal las copas y estaba vomitando en los baños, que no se entere Valentina de lo que tuve que inventar.

– Genial, ya sabes como soy, una dama, no hablo de mis conquistas. Le exprese.

– Sabes deberías de sentar cabeza así no te meterías en tantos problemas. Expreso mi hermanita quien oía mi conversación con Sergio.

– Necesito que me enseñes a tener conquistas. Decía Sergio y en ese momento entraba mi jefa.

– Ella es una mujer con un buen ejemplo. Expreso mi hermana y eso me hizo sonreí, lo que ocasiono que la rubia pensara que era con ella que me sonreía, pero en realidad me reía del comentario que mi hermana hacía de ella, porque si mi hermanita supiera lo fiera que es esa mujer en la cama y las propuestas que me he hecho desde que la conozco no hablaría de ser buen ejemplo.

La reunión comenzó, los japoneses estaban encantados con el trato brindado y se llevaban una buena impresión de la industria, en dos días después de regresar a su país de origen nos darían respuesta. Esta noche era el coctel para despedirles ya que no contábamos con que los inversionistas tendrían una respuesta tan rápida.

Ellos salieron e hice tiempo mientras todos salían, de la sala de junta, noté que Valentina hacia lo mismo porque había sacado y metido las mismas hojas una y otra vez en su carpeta. Cuando todos salieron, la tome por un brazo y le exprese.

– No salgo con mujeres comprometidas. Ella sonrió.

– Pues te sorprenderías de lo mucho que desconoces de mí, pero no quiero un compromiso contigo, si no te parece y las miles de reglas que tienes te prohíben tener una aventura conmigo, pues entonces dejemos esto hasta aquí. Ella salió de la sala de juntas y se fue a su oficina. ¿Qué quiso decir con eso? Me fui a mi oficina a trabajar, porque ninguna mujer me desconcentra en mi trabajo, por muy hermosa que sea. Después de media hora seguía viendo la laptop, estaba sin hacer nada, ya pronto seria la hora de almorzar y yo seguía pensando en ella.